Jueves, 10/02/2022 @ 09:57 PM
Sin palabras
Hay que ver como a veces me quedo sin palabras. Yo, que de pequeño me llamaban Pemán por "lo bien que habla". Yo que he escrito entradas y entradas de blogs sobre lo más variopinto, yo que si me das cuerda y un tema te puedo llenar noches y noches de verborrea sobre lo que sea.
Y llega un momento en que me siento y quiero escribir, y de repente mi cabeza es un vacío enorme donde sólo se oye el eco de la música de fondo. Mis ojos buscan perdidos en una dimensión paralela en la habitación, como si mirando en círculos de un lado para otro fuera a hacerme encontrar las palabras pinchadas en una pared, o en un rincón polvoriento de mi cerebro.
El campo de texto me mira vacío y desafiante. "Título" dice. Torpe, tecleo un par de palabras para borrarlas inmediatamente. Doy vueltas y vueltas buscando ese título. Pero todo lo que viene es torpe, torpe, torpe. Vacío del sentido que necesito darle, las palabras me esquivan y me siento incapaz de producir.
Me lo tomo con humor y me sonrío una y otra vez. Venga, antes o después saldrá. Es cuestión de tiempo. Es cuestión de práctica.
Va a ser eso. Práctica. La tengo totalmente perdida. ¿Cuándo fue la última vez que me senté a escribir? Espera que miro... 1 de Marzo de 2012 (!!!) Hace 10 años de aquel yo.
Me voy a practicar. Porque sólo practicando se puede romper el bloqueo. Me vuelvo a este, mi rincón abandonado al que nunca quise dejar caer. Ahora mucho más mi rincón que nunca.
De alguna manera aquí es más fácil. No es que tenga más libertad, porque lo va a leer exactamente la misma cantidad de gente, cero patatero. No, no es la exposición, el miedo a la reacción o al ridículo. No es el miedo a la exposición. Es el miedo a la introspección. Es el miedo que da desnudarse del todo y dejar que lo que tienes dentro muy dentro empiece a salir a la luz.
Le tomo prestado el título al Chojin. Un nuevo yo despierta.
-kali dixit, kali drinkit-
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