Miércoles, 15/03/2006 @ 02:46 PM

Un lugar llamado Darvare

Bueno, hace ya el suficiente tiempo como para que ya pueda contar por qué el último mes no escribí apenas nada y por qué fui de cabeza abajo de ánimos en esa época.

Yo curraba para una cutrempresa llamada Dataware (también conocida como Darvare y más recientemente como Dataguarra). Llevaba allí algo más de un año.

Cuando entré lo hice de la mano de Friser y currábamos como mamones, dejando allí muchas de nuestras horas. A los 6 meses nos ampliaron el contrato otros 6, con una subida espectacular de sueldo (16.000/año -> 21.000/año) con lo que al menos nuestros esfuerzos se vieron muy recompensados.

Apenas dos meses después de la renovación, Friser consiguió curro en una empresa de verdad, para trabajar en el sector aereoespacial, algo en lo que llevaba tiempo haciendo cosas con la EUI. Para ese momento, ya habíamos tenido tiempo los dos de comprobar lo que pasa con las cutrempresas que quieren dárselas de grandes, cuando empezaron a joderse proyectos y a hacerse las cosas de manera demasiado cutre. Teníamos nuestras pegas con Darvare, algunas muy en especial con ciertos personajillos. Pero hasta entonces éramos dos pájaros a abatir, y teniendo en cuenta que significábamos el 50% del personal de oficina, se nos podía ver como una gran fuerza.

Pero al irse Friser, las tornas cambiaban.

Por aquél entonces yo llevaba cosa de 2 meses (desde la renovación) diciendo que una persona más para ayudar en soporte vendría muy bien, y en su día se me prometió buscar a alguien para después del verano, ya que durante el mismo las incidencias de soporte se reducían considerablemente.

Ya sin Friser, el esperado refuerzo de Soporte no llegaba, y el trabajo se iba acumulando. Aquello generaba aún más tensión con el personajillo, el cual era conocido por sus artes de fullero, y por su mala naturaleza: comercial. Y como buen comercial que era, de cada 3 palabras que decía, apenas 1 sola era fiable. En lo que respecta a las relaciones personales, yo diría que la relación descendía a una de cada 200.

Dicho personajillo aprovechó la salida de Friser y la entrada en plantilla de la mujer de uno de los socios (la otra ya estaba) para aumentar la presión, soltar marrones ajenos, y tratar de dejar contínuamente en evidencia al departamento de soporte (osea, yo) comportándose como si fuera algo más que un compañero, tal vez imaginando que de alguna manera tenía poder de decisión sobre soporte/mi.

Lo cierto es que la tensión se fue acumulando demasiado y fue subiendo hacia arriba, hacia los dos socios, en especial al más propenso a poner pegas de los dos (el "director de recursos humanos")

Permitidme un kit-kat para explicar la estructura de la empresa:

La componen dos socios, uno de ellos informático no titulado, experto en Oracle, y otro con aires de gran empresario y con un nivel escaso de informática y conocimientos de oracle aprendidos, supongo, del primero. A eso hay que sumar el colega de la infancia de uno de ellos, comercial más bien mediocre y engreido, y a la mujer del primero de los socios apoyando la tarea comercial.

El caso, es que los problemas se fueron agudizando y empecé a sentirme muy, muy chuleado. Empezando por la actitud del inútil del comercial, siguiendo por lo agravios que hicieron a Rafita cuando fue a dar un curso de formación fatal preparado tras el que tuve que aguantar que le pusieran a parir en mis narices -cuando el problema de que el curso saliera fatal era que estaba fatal preparado-, pasando porque el supuesto "becario" para soporte no vino nunca, y culminando en el momento de la renovación anual, en la que no quisieron subirme ni un céntimo el sueldo y sólo por recordarles que se me había prometido llegar a 22.000 en la de los 6 meses lo hicieron y a regañadientes. Eso sí, exigiendo que diera mucho más y que tenía que cambiar la imagen.

De pronto la empresa se hacía más cutre. Ahora la imagen premiaba por encima de todo, qué más da que no tengas personal para atender con calidad el servicio de soporte, qué más da que el área de sistemas esté abandonada porque el único técnico sólo se puede dedicar a soporte, qué más da que un comercial incompetente venda cursos de formación cuando no dispone de personal ni recursos adecuados... ¡¡Lo importante es la imagen!! Antes vale un técnico entrajetado que dos técnicos que puedan abordar el servicio. Ole.

El colmo llegó cuando me presentaron la incorporación del "becario". Hablamos de noviembre pasado, aunque finalmente se incorporó a mediados/finales de diciembre. El susodicho becario que iba a ayudarme a descargarme de tareas de soporte resultó ser el hermano de uno de los socios, un personaje que por muy majo que resultaba, dio la casualidad de que había dedicado toda su vida a descargar camines de mudanzas. No es que tenga nada contra esa profesión, muy respetable, pero da la casualidad de que el personaje en cuestión (otro familiar de los socios, vaya) no había tocado un pc en su vida, y no sabía ni usar el correo electrónico. Vamos, un refuerzo cojonudo.

Y cuando ya pensba que no había manera de torcer más las cosas y chulear más, empezaron los problemas "serios". Cuando digo "serios" me refiero a que se negaban a pagarme los gastos de transporte que en su día se habían comprometido a pagar.

Fue entonces cuando empezaron a usar el sistema de "no te doy respuestas". Yo les mandaba correos, yo les pedía lo que se habían comprometido a pagar, y ellos daban por única respuesta un odioso silencio. Directamente, de buen rollo, pasaban de mi.

Por donde ya no podía pasar era porque encima se descojonaran de mi en mis narices. Así que no sólo no has traído a la persona de soporte sino que me has plantado al hermano de tu socio porque no le tienes que pagar, así que no sólo te has descojonado en mi cara de un colega al que aprecio mucho -más cuando no tienes razón- sino que ahora pretendes hacrelo en mi cara de MI. Por ahí no iba a pasar.

Se iba a terminar que yo pusiera mi coche a disposición de la empresa cuando ella ni siquiera aceptaba costear unos gastos que se habían comprometido a costear, se iba a terminar que mi horario dependiera del jaleo que había de curro, porque no se había querido meter una persona de apoyo. Hasta ahí podíamos llegar.

Pero yo estaba aún equivocado. El destino, sabio, me reservaba aún otra. Un lunes me levanté jodidísimo del estómago y no podía ni moverme. Para evitar más movidas y que me acusaran de absentismo laboral me voy al médico, el cual dictamina que tengo gastroenteritis. Me da una baja laboral, y entonces ya flipamos. A mitad de la semana mis jefes dejan de contestarme emails, empiezan a no coger una sola llamada, y comienzan a cambar todas las contraseñas de acceso a las máquinas que, teóricamente, aún administro.

Ante mi estupor con la situación, insisto en mis llamadas pero ellos siguen sin coger el teléfono. Entonces decido que se terminó, y me busco otro curro. El viernes de esa misma semana, decido pedir el alta porque me parece inoportuno seguir con una baja aunque la ley me lo permita, y el lunes siguiente decido ir a trabajar.

En esa semana de baja habían hecho la mudanza a la oficina nueva que llevaba planificada 3 meses. Al llegar a la oficina nueva descubro para mi sorpresa que todas las máquinas están bloqueadas y cambiadas las contraseñas, la sala de servidores cerrada con llave, y mi ordenador desconectado de la red. Entonces llama el socio de "recursos humanos" y me dice que no toque nada y me tome la mañana libre.

Me iban a despedir, por supuesto. Y francamente, me la sudaba, porque había cerrado el viernes anterior mi nuevo puesto con bitmailer. Pero ellos seguían demostrando la calaña personal y empresarial que son, cuando me dicen eso sin darme una explicación de lo que estaba pasando desde hacía una semana. Acojonante.

A la tarde me citan en la oficina del gestor, y me encuentro con los dos socios que me encierran con ellos en el despacho de su abogada. Me acusan de haber leído su correo y me montan un espectáculo digno de los seguratas del corte inglés cuando pillan a un chaval robando y le amedrentan con las cosa tan terribles que pueden pasarle.

No me lo podía creer. Me hacían una encerrona para además de acusarme sin una sola prueba delante, amenazarme y amedrentarme delante de su abogada, una persona a la que prefiero ni calificar después de que dijera, textualmente, que "por suerte o por desgracia, en este país los trabajadores tenéis justicia gratis". Ya lo dice el refrán, Dios los cría y ellos se juntan.

Naturalmente ni solté una sola palabra. Esta gente no se merecia ni se merecerá nunca que malgaste una sola gota más de saliba con ellos. No pienso discutir acerca de si su acusación es fundada o no, dado que eso deberá decidirlo un juez ya que en este país, por suerte o por suerte, hasta que un juez dictamine lo contrario, somos todos inocentes. Por supuesto no quise entrar en su juego, puesto que su amenaza de denuncia por violar la privacidad carece de todo fundamento, ya que las pruebas que ellos dicen poseer (unos log, ficheros de texto fácilmente editables o creables a mano) carecen de toda validez legal.

Es más, según vuelvo a pensar en ello, creo que me equivoqué por no haber exigido un desido improcedente, y haberles denunciado primero por improcedente y después por difamación.

Pero al final firmé una baja voluntaria por la única razón de que ya había llegado a un acuerdo con mi actual empresa. En otras palabras, porque si no me hubieran despedido, hubiera presentado esa carta por mi propia voluntad.

Pero lo que nunca permitiré que se me eche en cara, como han hecho, es que han sido super benévolos conmigo al no denunciarme, y que soy un cabrón que entra en su correo y bla bla bla. Tal vez quien deba darme las gracias sean ellos por no haberles denunciado por despido improcedente y difamación, no acusarles de hacer un montaje para despedirme sin gastar un duro, permitirles librarse de mi quedando además como víctimas, y no hacer toda una serie de capulladas que podía haber hecho, de haber sido el tipo de persona que me acusan de ser, el tipo de personas que ellos han demostrado ser.

En fin, que esto es un tostón, pero que necesitaba dejarlo por escrito porque ha sido un tema que me ha quitado muchas horas de sueño y mucho tiempo la sonrisa de mi cara. Creo sinceramente que todos los que me han soportado este tiempo y me han venido apoyando se merecen un homenaje, y este testimonio es una forma de darles explicaciones a todos aquellos que no lo sabían.

Gracias a todos por vuestro apoyo. Hasta nunca, Dataguarra.

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