La realidad distorsionada, la Fata Morgana que a la distancia te
muestra un destello de lo que anhelas, tan lejano, qué importa si
delante o detrás (¿acaso hay un delante y un detrás?) porque lo que
cuenta es que cuando creías que ya nunca llegaría, ese espejismo en
la distancia te hace recobrar la esperanza durante un tiempo, hasta
que el calor cambia la refracción de la luz y se desvanece en una
nube que parece reírse de lo iluso que eres, una vez tras otra,
haciéndote perder el norte y toda noción de realidad, haciéndote
dudar de tu propia percepción, ¿y si éste era el de verdad? ¿Vas a
dejarlo pasar ahora que estabas tan cerca? Después de tantas
penurias y tanto soñar con llegar allí, ¿cómo abandonar tan cerca
ahora que por fin ves meta?
Excepto que no es la meta sino una vez más otro espejismo, otra
ilusión rota. Y el dolor y la amargura como sabor de boca, ese
sabor metálico a dientes apretados y resignación, el sabor
desagradable de la tristeza, tan particular y tan intenso.
Aeropuertos, unos vienen y otros se van. ¿Seré tal vez Alícia sin
ciudad? ¿Aprenderé a correr, o seguiré caminando por este desierto
de espejismos condenando como Sísifo?
Cuando un árbol cae al suelo y no hay nadie para escucharlo, ¿hace
ruido?
Cuando quieres gritar al viento y nadie escucha, ¿estás realmente
hablando?
¿Cómo soltar cuando tus palabras no llenan el espacio, cuando no
hay aire que transmita el sonido de tus labios, cuando tu garganta
se ahoga y las palabras salen pero no se transmiten?
Es abrumante la sensación de tener una cascada de sentimientos
pugnando por salir de tu estómago, pero ver que esa cascada no
emite ningún sonido, no hay nadie para escucharla, no hay mensaje,
no hay comunicación.
¿Estás entonces realmente diciendo algo? ¿Cómo contener esta
sensación?
I'm all out of faith
This is how I feel
I'm cold and I am shamed
Lying naked on the floor
Illusion never changed
Into something real
I'm wide awake and I can see
The perfect sky is torn
You're a little late
I'm already torn
-Si, es OTRA VEZ "Torn" de Natalie
Imbruglia-
A veces esta sensación de frío y vergüenza mientras me siento aquí
en el suelo desnudando mis sentimientos, me hace preguntarme si no
será sencillamente que ya es demasiado tarde...
Me siento delante del ordenador, intentando trabajar. Números pasan
delante de mis ojos sin cesar intentando agarrarse a las pocas
neuronas de mi cerebro que están activas, desesperados, me miran
desde la pantalla brillando tratando de llamar la atención.
Es intútil.
Mi cabeza gira sin cesar, va de aquí a allá rápida como el viento,
rebotando una y otra vez en ideas e imágenes, en pensamientos de
esas manos por todos lados, buscando mis secretos ansiosas.
Me intento convencer de que eso no está pasando y no va a pasar,
así que es mejor dejarlo de lado. Tengo cosas que hacer y nunca
llego a ninguna porque me cuesta concentrarme.
Pero esas manos vuelven a llamarme, aún solo como una proyección en
mi imaginación diciendome que qué me creo pensando en cosas
productivas cuando este pensamiento está rondándome, que no me haga
ilusiones de tener la mente concentrada mucho más tiempo en lo que
sea que estás intentando hacer, porque cuando ellas están ahí lo
llenan todo, lo inundan todo, lo anulan todo.
Me resisto con más buena intención que ganas de verdad y vuelvo a
sacudir la cabeza trantando de llevar mi atención de vuelta al
trabajo entre manos. Pero es imposible. Entre manos. Entre esas
manos. Esas manos por todos lados, por todos mis rincones, todos y
cada uno de los botones de mi cabeza y de mi piel vulnerables hasta
el punto de temblar tan solo con la poderosa imaginación de esas
manos, con la sola idea de su presencia.
Imposible concentrarse cuando tus manos están tan presentes en mi
cabeza.
Estar roto es malo. Pero darte cuenta de que estas roto y no puedes
permitirte estarlo porque hay gente que depende de que no lo estés
es devastador, porque no te deja arreglar ese roto.
Silencios que llenan el espacio con una masa imperceptible, pero
densa y pesada.
Miradas que no se atreven a romper ese silencio, por si las
palabras son más grandes aún.
Un silencio que lo llena todo, lo invade todo, lo permea
todo.
Un silencio que no deja pensar, que se come las palabras antes de
que tu cerebro pueda formarlas, pero que no consigue acallar los
sentimientos que se quedan mudos e indefensos, incapaces de escapar
y purgarse.
Silencio pesado como una losa, como una lápida.
Silencio que te aísla y te deja helado de la piel a los
huesos.
El silencio que deja tu boca muda, protegiéndose a si mismo contra
tus gritos que pelean por salir, incapaces de romper su
cerco.
Cuando crece así, ¿cómo pensar tan siquiera en pararlo?
Tenías una misión desde el principio, todo este tiempo trabajando
duro para esto, para ese crecimiento, para esa libertad, esas alas,
esa talla...
Llevas tanto tiempo meneando la cometa intentando que coja una
corriente de aire que la haga volar, que cuando por fin lo hace te
aterra que esa fuerza, la que sabías que existía, la que querías
despertar y liberar, que se siente como si fuera a arrancarte de
cuajo los brazos y el alma que has volcado en esta misión.
Ese es el momento en el que el paso más difícil se pone delante de
ti: es cuando tienes que ser valiente, cerrar los ojos...
Qué horrible sensación es sentirse pequeño, tan pequeño e
insignificante.
En realidad, ¿eres tú pequeño, o es que todo lo demás se hace tan
tan grande que no encuentras la manera de abarcarlo?
La realidad es que da lo mismo si es de una manera o de la otra, el
efecto es el mismo. La relatividad aprieta y seas tú quien ha
empequeñecido o lo demás que se ha engrandecido, el efecto es
sencillamente igual. Tus brazos no llegan, tus manos no abarcan,
tus palabras se pierden antes de llegar.
La rabia y la impotencia sólo lo hace peor, y te conviertes cada
vez en algo más pequeño,
Vueltas, vueltas y más vueltas a la cabeza. Torbellinos de ideas,
de sensaciones. Siempre con el mismo runrun de fondo: miedo.
El maldito miedo que todo lo puede, que todo lo traga. Como la Nada
de La Historia Interminable, avanza sin más, sin nada que parezca
que puede detenerlo. Se lo come todo a su paso y deja apenas
oscuridad y silencio.
El miedo a no llegar, a ser menos. Esa sensación constante de no
ser suficiente, de ser una niña pequeña indefensa que no sabe qué
hacer para ser grande, que mira desesperada y sin la más remota
idea de cómo los demás pueden llenar tanto la habitación que a ella
se le hace enorme. Miedo a desaparecer, miedo a ser olvidado.
Miedo que te impulsa a gritar en inutil rebeldía, contra un viento
al que nada importa tus gritos y que va a seguir impasible soplando
en tu contra y pasando por tu lado sin despeinarse, sin apenas
hacer un remolino a tu alrededor.
Miedo a ser insignificante, miedo a hacer el ridículo intentando no
serlo. Una mota de polvo ínfima en la oscuridad de la habitación
mientras todo pasa a mi alrededor.
La primera vez que escuché esa palabra en inglés no tenía ni idea
de qué me estaban contando. La situación no podía ser peor: la
chica que me molaba desde hacía años y a la que incansablemente
tiraba los trastos semana tras semana, me soltó aquello cuando más
posible parecía que lo que me fuera a soltar fuese un beso.
Allí me quedé, con mi cara de parguela sin saber qué leches estaba
pasando, mientras ella se iba a su casa. Así que tuve que tirar de
nuestros colegas comunes, yankis como ella y que sabían por
supuesto de mi constante echar fichas con ella (¿acaso alguien no
lo sabía?), y que me explicasen qué significaba aquello.
"Raincheck", literalmente, "vale de lluvia". Vale en el sentido de
ticket, o vale, "vale por un premio", algo así. Me decían los
colegas que esto es como los americanos dan una excusa para "hoy
no", pero insistían mucho en que también implica "pero a la próxima
sí, ¿vale?". La expresión viene de excusarte para no ir a algún
sitio donde te invitan, y te apetece ir, pero "justo hoy está
lloviendo y mejor lo hacemos otro día". Tenía sentido.
Supongo.
Para mi quedó claro que aquello más que un "vale por un premio" era
un boleto de "sigue buscando, hay miles de premios". Era una salida
elegante para no decirte "contigo no, bicho", pero decirlo
igualmente.
No tengo problemas con que me den calabazas, me ha pasado mucho en
la vida y tengo claro que, mientras haya de dónde agarrar, volveré
a echar fichas allí mismo cuando los vientos sean más favorables,
con las mismas ganas y esperanzas (e incluso más confianza en la
posibilidad de éxito). Pero lo del "raincheck" me sentaba medio
mal, porque: si no quieres, no pasa nada. Sólo faltaría eso, que
esto fuera una obligación.
Pero si no quieres, no me des un raincheck para luego tenerme
esperando a ver si deja de llover algún día.
Iba a empezar esto por la frasecita de "Querido diario...", pues en
esto se ha quedado mi blog, en una especie de diario que dudo mucho
nadie vuelva a leer aparte de mi mismo de aquí al fin de los días.
Pero me ha parecido que era mejor cambiarlo por algo más friki a lo
Star Trek...
Sólo quiero dejar constancia de que hoy es el día en que me he dado
cuenta de que va a suceder. Para cuando suceda, saber de dónde
viene.
Mucho aún por hablar, mucho aún por andar. Pero al menos ahora el
camino ahora parece que tiene algo de luz, y al menos ahora parece
que al otro lado del teléfono hay alguien.
Me siento delante del teclado y como si fuera un buen amigo le
suelto mi verborrea de cosas que me pasan por la cabeza. El
teclado, paciente, escucha sin cesar (transcribiendo incluso) todo
aquello que tengo que soltar porque mi cabeza es un hervidero
constante. Pero los ojos de su pantalla me miran impasibles tanto
si hablo como si callo.
Desahoga, pero no calma. Vuelco mi cerebro, mi alma, en este
sumidero que nadie lee. Y si un árbol cae en la soledad del bosque
y no hay nadie allí para escucharlo, ¿acaso hace ruido?
Me escondo en mis monólogos conmigo mismo delante de una pantalla
que es un espejo de mi alma, porque el mundo es mucho más fácil
así. Porque esta pantalla que no responde, a cambio de no hacerlo,
tampoco juzga. Porque no hiere con su incompresión ni confronta tus
dudas. Pero tampoco me ayuda a despejarlas. A menudo sólo me hace
aflorar más y más preguntas, más inseguridades.
Mis monólogos me ayudan como terapia a tratar de sacar ideas que
hierven en mi mollera y que la hacen sentir como que va a reventar.
Pero es una terapia tramposa. Rebaja la presión pero no libera, de
algún modo sólo suelta con la falsa promesa de que esto me va a
quitar el dolor de cabeza, pero la realidad es que lo retrasa hasta
la próxima ebullición, y el ciclo se repite.
No se si existe una salida a esto o mi única opción es seguir
soltando a ratos esperando que la siguiente tarde mucho en
llegar.
Me gustaría ser muchas cosas. Más alto. Más delgado. Más guapo.
Otra persona. Pero lo que de verdad me gustaría es ser más
valiente, más consecuente con mis propias convicciones y más
decidido a hablar sobre ellas sin temor al dolor, sin sentirme como
una niña pequeña que no se atreve a levantar la mirada porque al
otro lado hay unos ojos que no comprenden.
Cuando me siento así me siento horriblemente sólo en el mundo y el
miedo me atenaza y nada de lo que quiero funciona. Mis pilares se
desmoronan y me paseo por los días arrastrando los pies y tratando
de mantener de alguna manera la compostura. A fin de cuentas, ¿qué
queja tengo? ¿A qué aspiro? Vivo como me da la gana en un mundo de
lujos que la grandísima mayoría del planeta ni siquiera puede
soñar.
Y si todo está tan bien, ¿por qué me siento vacío? ¿Por qué esta
tristeza no se va?
"Disfrazando mis palabras con sonrisas de papel
no conseguiré ocultarles
las heridas de mi piel."
Me levanto y sigo. El mundo me necesita. Mi mundo me necesita. Es
mi deber. Las cosas se tienen que hacer y hay gente que depende de
ellas. Y yo, diligente, obediente, consciente de mi responsabilidad
y de la importancia, me la trago, me callo, sigo adelante y me
planto mi sonrisa de papel. A fin de cuentas, no hay mucho que
pueda cambiar ahora, y si voy a tener que hacerlo de todas maneras
mejor hacerlo con una sonrisa. Así será más fácil para todos. Para
ellos, pero también para mí.
Continúo mi monólogo. Muchos más me quedan. En él me prometo que
mañana será distinto, que convertiré este monólogo en una
conversación. Pero el miedo es fuerte y dentro muy dentro sé y temo
a partes iguales que cuando intente sacar de nuevo la conversación
ésta se convertirá en otro monólogo y volveré a escapar
abruptamente de él excusándome para ir al excusado y huir, como su
huir fuera una opción, comprando un poco de tiempo para dejar que
el aire se enfríe otra vez y que todo se arregle con un dejar que
las cosas sigan el curso natural de las mismas.
Tal vez mañana no. Tal vez sea diferente. O tal vez la siguiente
vez.
De pronto he pensado que solo escribo las cosas malas, y que no
debería ser así. Y pensando en ello me he dado cuenta de que
ya
había pensado en esto antes, así que recupero la idea con una
canción:
Baila, cierra los ojos y baila
No hablo del cuerpo, hablo del alma
Calma, deja apartada tu rabia, suelta la espada
Ya llegarán más batallas, ahora relaja esa cara y respira
Me presento: Soy el mejor momento de tu día
Sé que normalmente no te fijas en mí, pero siempre estoy ahí
Escondido tras una sonrisa o en esa noticia que te ha hecho
feliz
Sí, sé que esperas que sea deslumbrante
Quizá no te parezca bastante
Ahora para un instante, please
Voy a intentar demostrarte que sí
Estoy en la ducha cuando la ajustas
Clavas la temperatura y ¡Uff!
En el sofá cuando vuelves de viaje
En la tortilla que te hace tu madre
En tus cascos...
En sentarse y quitarse los zapatos
En ver en sus ojos ese brillo guarro
En guarrear y acabar machacados
Nunca he fallado, no me retraso
Todos los días sin falta me paso
Duele que no me hagas caso
Pero es mi trabajo y no pienso dejarlo
Así que búscame
Agárrate a mí cuando veas que te llamo
Porque sé que no sé hacer milagros
Pero aunque me ignores, sabes que te encanto
Búscame, atrápame donde estés
No esperes ni un segundo para ver tu cuerpo amanecer
Deja que te invadan...
Las ganas de ser tu imán para las cosas pequeñas cosas
Búscame, atrápame donde estés
No esperes ni un segundo para ver tu cuerpo amanecer
Deja que te invadan...
Las ganas de ser tu imán para las cosas pequeñas cosas
Te enseñaron que ser feliz es el final de un camino muy largo
Que sólo recorren los sabios, así que debes vivir esperando
Pero, ¿y si te digo que es falso?
Que eres feliz cada día, a ratos
Y que sólo tienes que buscarlos, conocerlos y disfrutarlos
El primer sorbo de una bebida bien fría, una tarde de verano
El like que estabas esperando
El "creo que le gusto" y comprobarlo
El momento previo al primer beso... eso o algo más pequeño
Estirarte del todo durante un bostezo ¿O no?
Estoy en no ponerte el despertador
Estoy en tu serie, en tu libro, en tu vídeo, en tu canción
En el café mañanero y su olor
Encontrar un billete en un pantalón
En un mensaje que luego son dos...
Y acaba en 3 horas de conversación
Créeme, siempre estoy ahí, no me desprecies
Abusa de mí. Si me ves venir, disfrútame conscientemente
Porque sé que eres fuerte
Y que puedes con todo lo que se te eche
Pero, puedo (en serio, puedo)
Hacértelo todo un poco más ligero
Búscame, atrápame donde estés
No esperes ni un segundo para ver tu cuerpo amanecer
Deja que te invadan...
Las ganas de ser tu imán para las cosas pequeñas cosas
Búscame, atrápame (donde estés)
Fluye, siente tu cuerpo amanecer
Deja que te invadan...
Las ganas de ser tu imán para las cosas pequeñas cosas
El mejor momento de tu día existe, no tiene porqué ser increíble,
puede ser pequeño,
como rascarte la marca que te hace la goma de los calcetines, ah,
dime que no mola.
Puede estar en el abrazo de un hijo o de una pareja, o de un padre,
aunque parezca un poco moña, no sé.
Puede estar en salir a correr, ¡No! En el olor ese que te recuerda
a alguien,
¡No, no, no! En el primer bocado de esa comida que te encanta
cuando tienes hambre
Y bueno, sé que no sonará muy elegante, pero tío, en el baño
también se adhieren momentos muy agradables
No sé mucho de dar consejos y lo sabes, pero... el mejor momento de
tu día existe, intenta que no se te pase
Elije un momento de tu día, es ahora (Búscame)
Búscame (Roko y El Chojin)
Para las pequeñas cosas
-"El mejor momento de tu día", de El Chojin (con
Roko) en su disco "Y el último"-
The storm is coming but I don't mind
People are dying, I close my blinds
All that I know is I'm breathing now
I want to change the world, and instead I sleep
I want to believe in more than you and me
But all that I know is I'm breathing
All I can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
Now, now
Now, now, now
All that I know is I'm breathing
All I can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
All we can do is keep breathing
Now
-"Keep breathing", de Ingrid Michaelson, en la
banda sonora de Grey's Anatomy-
Cuando hablar se hace dificil, de repente el mundo entero se
desmorona.
Si dices, pierdes. Si callas, pierdes. Da igual la jugada, hagas lo
que hagas, jaque mate en 3.
Y esa maldita hoja en blanco desafiandote, con su silencio eterno,
a ver si eres capaz de romperlo tú. Pero por más que aguantas su
mirada impenetrable las palabras se atascan, se precipitan a un
vacío invisible cuando se acercan al borde de tu mente, ansiosas
por salir de ese hervidero de ideas, congelándose por el camino y
perdiendo toda su fuerza, todo su significado.
Y ¿para qué decirlas? ¿Para qué escribirlas? A fin de cuentas, no
van a cambiar nada.
Y ese espejo invisible que te mira al otro lado de la pantalla,
reflejando una cara de vacío, de no saber. No saber qué hacer, no
saber explicar. No saber llegar ni contactar. No saber cómo o
cuándo las líneas de comunicación se estropearon. No saber ya si
eres capaz de arreglarlas. Mirada perdida que refleja a quien se
siente perdido.
Hay que ver como a veces me quedo sin palabras. Yo, que de pequeño
me llamaban Pemán por "lo bien que habla". Yo que he escrito
entradas y entradas de blogs sobre lo más variopinto, yo que si me
das cuerda y un tema te puedo llenar noches y noches de verborrea
sobre lo que sea.
Y llega un momento en que me siento y quiero escribir, y de repente
mi cabeza es un vacío enorme donde sólo se oye el eco de la música
de fondo. Mis ojos buscan perdidos en una dimensión paralela en la
habitación, como si mirando en círculos de un lado para otro fuera
a hacerme encontrar las palabras pinchadas en una pared, o en un
rincón polvoriento de mi cerebro.
El campo de texto me mira vacío y desafiante. "Título" dice. Torpe,
tecleo un par de palabras para borrarlas inmediatamente. Doy
vueltas y vueltas buscando ese título. Pero todo lo que viene es
torpe, torpe, torpe. Vacío del sentido que necesito darle, las
palabras me esquivan y me siento incapaz de producir.
Me lo tomo con humor y me sonrío una y otra vez. Venga, antes o
después saldrá. Es cuestión de tiempo. Es cuestión de
práctica.
Va a ser eso. Práctica. La tengo totalmente perdida. ¿Cuándo fue la
última vez que me senté a escribir? Espera que miro... 1 de Marzo
de 2012 (!!!) Hace 10 años de aquel yo.
Me voy a practicar. Porque sólo practicando se puede romper el
bloqueo. Me vuelvo a este, mi rincón abandonado al que nunca quise
dejar caer. Ahora mucho más mi rincón que nunca.
De alguna manera aquí es más fácil. No es que tenga más libertad,
porque lo va a leer exactamente la misma cantidad de gente, cero
patatero. No, no es la exposición, el miedo a la reacción o al
ridículo. No es el miedo a la exposición. Es el miedo a la
introspección. Es el miedo que da desnudarse del todo y dejar que
lo que tienes dentro muy dentro empiece a salir a la luz.
Le tomo prestado el título al Chojin. Un nuevo yo
despierta.
Era tarde, muy tarde. Tan tarde como siempre. La calle estaba ya
vacía a estas horas, sólo salpicada por los taxis de rapiña y los
charcos de la lluvia que, fina como un velo de novia impecable,
caía sin apenas mojar, tan solo llenando el asfalto de reflejos de
las luces.
Un rato mirando gotas caer a la luz de las farolas, dudando sobre
dónde ir, qué hacer... es tarde, pero no me iría a dormir
todavía...
Pero la noche pesa más que las ideas y subo a casa, con paso
pesado, para llegar delante del espejo y darme cuenta de que algún
día simplemente no estaré aquí.
Como si de un tifón se tratase, torbellino de sensaciones, tristeza
mezclada con alegría, con felicidad. Sensaciones que se van y se
vienen tan deprisa que si parpadeas te las pierdes. ¿Es realidad o
sólo un sueño? ¿De dónde sale tanta fuerza en todas direcciones?
¿Dónde quedan el Norte y el Sur?
Intento dejarme llevar, a fin de cuentas nada está en mis manos. O
tal vez al contrario. Al menos se que mis manos no han perdido esa
magia.
Este no soy yo. Ni lo quiero ser. Quién es y de dónde ha salido es
algo que desconozco, pero quiero que se vaya. Lo quiero lejos, como
siempre estuvo. Quiero mi yo, mi yo sonriente, mi yo positivo, mi
yo tranquilo y seguro, mi yo decidido a arramplar con lo que sea
que la vida tiene que echarle por delante.
No quiero a este yo inseguro, triste, incapaz de sonreír y de hacer
sonreír. No quiero este yo que a cada momento me discute y me da
razones para estar enfadado, por muy poderosas que esas razones
sean. No quiero a este yo que me come por dentro, me envenena y me
hace reventar.
No quiero esta sensación de veneno en el pecho, de bola de fuego
gestándose dentro de mí. No quiero vivir constantemente
contradiciendo mis principios, ni vivir herido y dispuesto a morder
a quien se acerque por si acaso me hiere más.
Pero no sé cómo deshacerme de él, de mí. Cuanto más lo combato más
odio hacia mi mismo genero, y eso solo lo convierte en más
poderoso, lo alimenta, lo supervitamina y lo supermineraliza. Y
cuanto más lo intento ignorar con tanta más fuerza viene contra mi,
rebelándose y haciéndose escuchar.
Espiral infinita sin salida, espiral de odio y destrucción. ¿Será
que el yo que conocía ya no existe?
Quiero que termine esta pesadilla. Quiero despertar y ver tus ojos
y que me cuentes que todo ha sido sólo un mal sueño. Quiero
despertar en la playa, con la brisa del mar acariciando nuestras
caras, desayunar en el chiringuito y ver una sonrisa. Y la mia.
1.- RECIBIRÁS UN CUERPO.
Este podrá gustarte o podrás odiarlo, pero en cualquier caso será
tuyo durante toda la duración de este contrato.
2.- APRENDERÁS LECCIONES.
Estás apuntado a una escuela informal a tiempo completo llamada
"vida". Cada día en esta escuela tendrás la oportunidad de aprender
una nueva lección. Puedes disfrutarlas o pensar que son
irrelevantes y estúpidas.
3.- NO HAY ERRORES, SOLO LECCIONES.
El crecimiento es un proceso de ensayo y error, de experimentación.
Los experimentos "fallidos" forman parte del proceso de aprendizaje
de la misma manera que aquellos que al final son "un éxito".
4.- DEBERÁS REPETIR CADA LECCIÓN HASTA QUE LA APRENDAS.
Cada lección vendrá presentada en diferentes formatos hasta que la
hayas aprendido, momento en el que podrás pasar a otra
lección.
5.- EL PROCESO DE APRENDIZAJE NO TERMINA NUNCA.
No existe ningún momento en esta escuela "vida" que no contenga sus
lecciones. Mientras estés vivo, tendrás lecciones que
aprender.
6.- "AQUELLO" NO ES MEJOR QUE "ESTO".
Cada vez que un "aquello" se convierta en "esto", simplemente
estarás obteniendo un nuevo "aquello" que parecerá mejor que tu
recién adquirido "esto".
7.- LOS DEMÁS SON SENCILLAMENTE ESPEJOS DE TÍ MISM@.
No podrás odiar o amar algo de otra persona salvo que ese algo
refleje algo que odias o amas de tí mism@.
Distancia, un mundo entero separandonos, y yo nunca se si el mundo
es sólo físico, si es sólo el hecho de estar al otro lado del
globo, o si realmente lo que nos separa es mas profundo que la fosa
de las Marianas.
Hace tiempo que mis armas no funcionan. Mis dedos no funcionan como
antes, mis palabras no llegan tan profundo como una vez lo
hicieron, y tal vez ya nunca lo vuelvan a hacer. Y si he escogido
la palabra "armas" para describirlas es precisamente porque cuando
esto sucede me siento así: desarmado, indefenso. Sólo de pie en una
roca frente al mar batiente que azota la costa una y otra vez, y
por más determinación que tengo a mantenerme ahí de pie ya no tengo
la confianza de aquel tiempo atrás en que sabía que ni todos los
elementos podrían derrocarme de ese, mi reino.
Y como a Jesús en la Biblia, mis demonios vienen a tentarme a
abandonar, a decirme "ya está chico, lo has hecho lo mejor que
podías y has triunfado donde otros muchos han fallado, pero ahora
es tiempo de darse la vuelta y dejar que el mar siga su curso". A
fin de cuentas, quién soy yo para pretender detener el ritmo de las
mareas, del oleaje.
Ya no sé si soy mucho, poco, o nada de lo anterior. Tal vez sólo
soy pretencioso e inconsciente de mi verdadera naturaleza. O al
revés: me infravaloro y soy inconsciente de mi verdadera
naturaleza. Un Dios del mar siendo abatido por sus propias
olas.
Pero como escribiera Sir Therry Pratchett, un Dios a quien sus
fieles dejan de venerar pierde todo su poder, y se convierte en una
indefensa, inofensiva y frágil tortuga que sólo puede vagar por los
caminos tratando de llamar la atención y de conseguir que alguien
le devuelva su antiguo poder, maldiciendo y amenazando a su
alrededor como si aún lo poseyera, desposeído de todo lo que lo
hacía especial se convierte en un viejo huraño que no puede hacer
nada más que maldecir y gruñir.
Y ahí queda esa tortuga, sobre sus patas traseras, los brazos
abiertos desafiantes contra el oleaje, insegura de si la siguiente
ola se la llevará lejos destrozándola contra las rocas a su
espalda, insegura a la vez de si algún águila estará sobrevolando
con sus agudos ojos clavados en su caparazón...
...y soñando con tiempos mejores.
Distancia. Distancia que duele. Distancia que sólo alimenta
inseguridad. Distancia maldita.
«Es un amor raro, absurdamente grande, desmesurado. Incondicional,
y a pesar de que el amor incondicional es algo peligrosísimo, éste
no da ningún miedo. No la veo como un proyecto, ni como una parte
de mi. La veo como una personita potencialmente feliz.
[...]
Y es el único pensamiento que puedes sacar en claro entre un amor
tan fuerte: que sea feliz, que sonría, que esté contenta.»
A veces intentas explicar las cosas y parece que el mundo es
incapaz de entenderte. Tú lo intentas, lo intentas y lo vuelves a
intentar, pero el mundo parece haber cerrado los oidos y no tener
ninguna intención de escucharte. De repente te sientes como aquella
mosca que intenta salir por la ventana y se estampa una y otra vez
contra un cristal que no ve, y no entiende por qué de repente no
puede salir, si todo parece claro y allí al otro lado está el
mundo.
Cuando esto sucede es desesperante, y llega un momento en que te
planteas si no será que te has vuelto loco, y que en realidad nada
de lo que dices tiene sentido, y llevas horas intentando demostrar
que el mundo es redondo pero nadie te escucha de verdad, todos
parecen hacerlo pero te dicen "que no que no que no". Si por lo
menos aquella teoría de que te has vuelto loco fuera válida no
pasaría mucho, pero en tu interior esa voz sigue y sigue sonando
con fuerza, si acaso con más fuerza todavía, luchando por su
derecho a ser escuchada, a que se la valore seriamente, a que en
lugar de recibir una respuesta automática de una grabación al otro
lado de la línea haya alguien que de verdad escuche, lo piense, lo
valore y devuelva algo.
Por lo general el resto del mundo tiende a pensar que eres un
inconformista y que ninguna respuesta te vale si no es la que
quieres oir. Ignoran sin embargo que lo que quieres oir de verdad
es justo lo contrario, es algo que te diga (y te convenza) que
estas equivocado. Pero la sensación de que ni siquiera te están
tomando en serio lo único que consigue es aumentar la sensación de
que lo que dices es cierto.
Y el círculo se cierra cada vez más, cada vez más vicioso cuando te
entra la paranoia de que lo que dices es una verdad inconveniente,
y que esa es la razón última de que no te estén escuchando, porque
a veces es mejor devolver un "blau blau blau" e ignorar el mensaje
que pararse en serio a pensarlo y asumir que lo que te dicen está
pasando de verdad.
Y ahí te quedas tú: estampando tu cabeza una y otra vez y otra vez
y otra vez más contra ese muro que parece incapaz de
escuchar.
A veces la realidad se levanta de la silla, sin mediar palabra se
acerca a tí despacio, sin hacer ruido, y sin que te lo esperes te
suelta una hostia y te cruza la cara. Y tú, ojiplático, incrédulo,
no puedes hacer más que callar y tragartela, por no haberla visto
venir. O por no haber hecho nada cuando la veías venir.
I want you to know, that I'm happy for you
I wish nothing but the best for you both
An older version of me
Is she perverted like me
Would she go down on you in a theatre
Does she speak eloquently
And would she have your baby
I'm sure she'd make a really excellent mother
'cause the love that you gave that we made wasn't able
To make it enough for you to be open wide, no
And every time you speak her name
Does she know how you told me you'd hold me
Until you died, till you died?
But you're still alive!
And I'm here to remind you
Of the mess you left when you went away
It's not fair to deny me
Of the cross I bear that you gave to me
You, you, you oughta know!
You seem very well, things look peaceful
I'm not quite as well, I thought you should know
Did you forget about me Mr. Duplicity
I hate to bug you in the middle of dinner
It was a slap in the face how quickly I was replaced Are you thinking of me when you fuck her?
'cause the love that you gave that we made wasn't able
To make it enough for you to be open wide, no
And every time you speak her name
Does she know how you told me you'd hold me
Until you died, til you died?
But you're still alive!
And I'm here to remind you
Of the mess you left when you went away
It's not fair to deny me
Of the cross I bear that you gave to me?
You, you, you oughta know!
'cause the joke that you laid on the bed that was me
And I'm not gonna fade
As soon as you close your eyes and you know it And every time I scratch my nails down someone else's back
I hope you feel it... Well, can you feel it?
Well, I'm here to remind you
Of the mess you left when you went away
It's not fair to deny me
Of the cross I bear that you gave to me
You, you, you oughta know!!
When you try your best but you don't succeed,
when you get what you want but not what you need,
when you feel so tired but you can't sleep...
Stuck in reverse.
And the tears come streaming down your face.
When you lose something you cannot replace,
When you love someone but it goes to waste,
Could it be worse?
Lights will guide you home
and ignite your bones,
and I will try to fix you.
And high up above or down below,
when you're too in love to let it go.
But if you never try you'll never know
just what you're worth.
Lights will guide you home
and ignite your bones,
and I will try to fix you
Tears stream down your face
when you lose something you cannot replace,
tears stream down your face
And I...
Tears stream down your face
I promise you I will learn from my mistakes,
tears stream down your face
and I...
Lights will guide you home
and ignite your bones...
Estoy otra vez harto, harto de mi mismo, de estas incomprensibles
ganas de desgarrar mi pecho y abrir mis costillas de par en par.
Harto de mi cuerpo, de no caber en mi mismo. Harto de aburrirme y
de sentirme aburrido. Harto de no poder dormir pir las noches.
Harto de sentir el deseo tan lejos, como algo ajeno y que solo le
toca a otros. Harto de que siempre los demas sean mas interesantes.
Harto de que los amigos sean, salvo contadas excepciones,
efimeros.
Estoy harto de no quererme, de ser siempre el patito feo, el que
"solo quiero como amigo", de vivir en un agujero. Harto de mi
cuerpo, de tener que esconder todo lo que contiene y todo lo que
siente. De tener que ser politicamente correcto, de las apariencias
y la hipocresia. De ser mejor que los demas y saberlo y aun asi
tener que seguir a la sombra y aguantando desprecios o aun peor,
ausencia total de aprecio.
Harto, hartisimo de dar pena y de darme pena. De no lanzarme
siempre porque si, caiga quien caiga. De no seguir mis principios.
De comerme los mocos siempre.
Llevaba años detrás de ver esa película, como si algo dentro de mi
me dijera que me iba a encantar. Pues bien, la vocecilla que me lo
decía se quedaba corta.
No he podido parar de reirme y de sonreír durante los 96 minutos
que dura la película. Y la volería a ver, así nada más terminar de
verla.
Si aún no la has visto, no pierdas la ocasión de verla. Y si te
puedes bajar la banda sonora, mejor. Y como muestra, un
botón:
=-=-=-=-=-=-=
You're a part time lover and a full time friend
The monkey on your back is the latest trend
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
I kiss you on the brain in the shadow of a train
I kiss you all starry eyed, my body's swinging from side to
side
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
Here is the church and here is the steeple
We sure are cute for two ugly people
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
The pebbles forgive me, the trees forgive me
So why can't, you forgive me?
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
I will find my nitch in your car
With my mp3 DVD rumple-packed guitar
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
Du du du du du du dudu
Du du du du du du dudu
Du du du du du du dudu du
Up up down down left right left right B A start
Just because we use cheats doesn't mean we're not smart
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
You are always trying to keep it real
I'm in love with how you feel
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
We both have shiny happy fits of rage
You want more fans, I want more stage
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
Don Quixote was a steel driving man
My name is Adam I'm your biggest fan
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
Squinched up your face and did a dance
You shook a little turd out of the bottom of your pants
I don't see what anyone can see, in anyone else
But you
Du du du du du du dudu
Du du du du du du dudu
Du du du du du du dudu du
But you
-"Anyone Else But You", de The Moldy Peaches,
tema central de la película "Juno"-
Esta es una canción que había escuchado un montón de veces, pero
que nunca me había parado a leer la letra, hasta hoy. Y qué puedo
decir: me hace sonreir...
=-=-=-=-=
I woke up between dawn and night,
thought I heard the voice of mommy.
Sound as if my parents had a fight,
so I woke up my brother lying next to me.
(mmmmmm)
I wonder why she's making all that noise,
better go and check-it out.
So without trying to breathe only the sound of little feet
we were about to discover what that noise was all about.
And as we opened up the door,
we saw them lying on the kitchen floor.
We were grateful for they both did their best,
but we said: 'Hey, ther must be an easier way to make
breakfast.'
(mmmmmm)
Breakfast
(mmmmmm)
They both got up real fast
as if they were caught or something (mmmmmm)
And then we understood at last
it was a surprise breakfast they were planning.
Mommy stumbled: 'Later, kids, you'll understand.'
While daddy was busy putting on his pants.
We said: 'We already do, don't worry we'll do the rest.'
So far for our quest, we made coffee, boiled eggs.
We made them breakfast.
(mmmmmm)
Breakfast
(mmmmmm)
-K's Choice, "Breakfast", en su disco "The Great
Subconscious Club"-
¿Cómo hablar cuando tienes esta sensación de que por mas que lo
intentes la otra persona no te va a escuchar? Cuando sabes que, aún
sin quererlo, está a la defensiva constantemente y no deja que te
acerques lo suficiente. Como si de repente pensara que hay cosas
que es mejor no saber. A lo mejor no es cuestion de no saber, sino
de no saberlo por tí. Y entonces, ¿dónde se queda todo? ¿Cómo
ponerle fin a esto? ¿Se puede volver al punto de normalidad de
antes?
Y en el centro del estómago vuelve a crecer con fuerza esta
sensación de saber las cosas antes que nadie, y no poder
explicarlas, porque no quieren que las cuentes, porque no quieren
que las sepas.
Yo ya he estado aqui. Y salí corriendo para no volver...
Ya que últimamente estoy un poco renegrío con la vida en general y
que no me gusta nada tener que postear cosas como la última que
anda por aquí debajo, he decidido crear una nueva categoría de
cosas que me hacen sonreir, o que me hacen feliz. En ella pretendo
incluir (en un mundo ideal, una cada día, pero seguro que no lo
hago tan a menudo) alguna cosa que me haya hecho sonreir ese mismo
día, o últimamente.
No tienen por que ser cosas trascendentales, ni tremendamente
importantes: es más, la idea es ir almacenando y compartiendo con
quien quiera leerlo aquellas pequeñas cosillas del día a día que me
hacen un poquito más feliz, o que simplemente me ayudan a
sobrellevar el peso del resto del mundo.
Esta sección nace realmente inspirada en un blog de una colgada
americana que sigo (de vez en cuando) en google reader: Bitte Ein
Küss (por favor, un beso). A ser posible, intentaré tambié
añadir fotos de las cosas que comente aquí siempre que sea posible,
para que podais comprenderlo mejor :)
Así pues, me dispongo a inaugurar la sección con algo que me hace
sonreir cada día en el curro:
He intentado evitar hablar de esto, más que nada porque no quiero
envenenarme más de lo que ya estoy. Pero no puedo seguir
ignorándolo más. No puedo callar siempre esta rabia inmensa que
siento en mi interior.
¿Cómo podemos tolerar lo que llevan años haciendo? No, esto no es
cuestión de los últimos barcos que han atacado asesinando a 9
personas. No es cuestión de que las 9 víctimas tuvieran un total de
30 balas en sus cuerpos, con disparos en la cabeza y por la
espalda. No, no es sólo los bloqueos en Gaza. No son los ataques
sumarios diezmando a la población de Palestina. Esto viene de
mucho, mucho más atrás. Mucho antes de que tú y yo
nacieramos.
El estado más sangriento del mundo no es EE.UU. como muchos
piensan. Es Israel, vengativo sediento de toda la sangre que su
pueblo derramó injustamente hace más de medio siglo, justificando
contínuamente en su sufrimiento el sufrimiento de los demás
pueblos, proclamando sin vergüenza alguna su derecho a asesinar sin
miramientos.
Mientras tanto su estado continúa año tras año anexionandose de
forma ilegal territorios que no le pertenecen. Montando guerras
para justificar ocupaciones ilegales, estableciendo asentamientos
ilegales según todos los organismos internacionales a los que
desprecia, destruyendo las poblaciones palestinas atrapadas en sus
fronteras anexionadas. Haciendo una auténtica limpieza de raza, un
holocausto sin piedad ni vergüenza que dura más de 40 años. Siendo
más nazis de lo que fue nunca el tercer Reicht.
Y mientras tanto el mundo concede. Seguimos comiendonos este
sentimiento de culpa que hemos heredado sin saber de donde, por
algo que alguien hizo hace muchos años, alguien que no se parece en
nada a lo que somos ahora. Y cuidadito con levantar la voz contra
el Gran Golem, porque enseguida su cañón de acusaciones lanzará un
grito de "ANTISEMITA"contra tí, poniendote en ese mismo instante en
el mismo paredón y saco de los terroristas.
Yo solicité estar en la flotilla de Gaza, la misma que asaltaron.
Ojalá pudiera imaginar un mundo donde millones de personas se
sumaran a esa flota, con las manos en alto, con la paz por bandera,
dispuestos a llegar sin ninguna violencia, llegar a Gaza, demostrar
a Israel que no pueden hacer nunca más todas estas barbaridades.
Desgraciadamente sólo consigo imaginar a las IDF masacrándonos a
todos.
Solo puedo llorar cuando pienso en todo esto. Me llena el asco más
profundo que he sentido nunca y quisiera borrarles de la faz de la
tierra. Hacen que comprenda cómo alguien puede llegar al extremo de
forrarse de tnt y reventarse en mitad de Tel-Aviv. Quisiera poder
borrar este sentimiento.
Quiero llamar a Elinor, pedirle que me recuerde que son personas,
que saben amar y ser amados. Que pueden ser mis amigos. Que no todo
el mundo es así. Que hay esperanza, y que puede cambiar algún
día.
Ojalá fuera tan fácil como hacer una simple llamada.
Hace tiempo que esta sensación no se me va de encima, que siento
como la soledad aplasta mi sonrisa y ralentiza todo a mi alrededor
hasta hacerlo insoportablemente estático, como una frase ante una
coma, con esa sensación de que va a continuar pero que nunca llega
el momento de que lo haga.
Las palabras se ahogan en pensamientos y los pensamientos se ahogan
en miradas, y a menudo sólo queda este "run-run" dentro de mi
cabeza que no suena a nada concreto porque no lo escucho, estoy más
atento a ver cómo se mueve dentro de mí este nudo que ya no puedo
negar más.
Por primera vez en mucho tiempo me siento abatido, derrotado, y sin
ganas o perspectiva de seguir tirando hacia delante. Es como si
esperase la ola del tsunami que lo arrase todo y se lleve en una
marea repentina, inesperada pero cierta como la muerte, todas las
estructuras que había, dejando tras de sí sólo destrucción y
muerte.
Hace tiempo que vivo luchando (como administrador de sistemas, esto
es literal) contra el SPAM. Mi pregunta siempre ha sido ¿por qué el
SPAM? ¿De verdad alguien saca algo en claro / provechoso del SPAM?
¿Acaso alguien hace dinero del SPAM?
No creo que haya nadie tan pringado como para comprar Viagra en
sitios web con direcciones super raras porque les llegue un email
vendiendo "V!agra" (para evitar la detección de la palabra por los
sistemas anti-spam), ni tampoco creo que nadie crea que internet
puede alargar su pene, o que la tremenda chica rusa de la foto
quiere realmente encontrar el amor en España. Por no hablar de los
familiares de exgobernantes Nigerianos que tienen que blanquear
dinero en Europa...
Así pues, una marea tan inmensa como el SPAM, tiene que tener algún
fin útil para alguien. Y en este mundo en el que vivimos, "un fin
útil" siempre equivale a pasta.
Así que analicemos... ¿Quién podría sacar dinero de mandar SPAM? Mi
primer hilo de pensamiento siempre me llevó a algún tipo raro de
competencia desleal entre proveedores de correo, puteando a los
demás para vender sus servicios como "el que menos spam tiene en el
mundo". Pero como apenas nadie se vende así (salvo quizá Gmail),
creo que esa no es la razón última.
Durante mis años de lucha anti-spam he usado mogollón de métodos:
desde el más básico (y torpe, pero sencillo) filtrado por palabras
clave en el asunto o el cuerpo del mensaje, hasta los filtros más
complejos de spamassassin, pasando por listas negras distribuidas,
servicios online de listado de "open relays", SPF, Domain-keys,
tácticas de análisis de cabeceras e incumplimientos de
protocolo...
Prácticamente ningún sistema es calificalble de "perfecto". Por
norma general, siempre es difícil colocar el límite entre lo que se
considera aceptable y lo que se considera SPAM. Si te pones muy
estricto terminas rechazando correo legítimo (también llamado HAM,
en memoria de un sketch de los Monty Python), y si no, terminas
recibiendo cantidades asombrosas de correo basura.
Ayer mismo implementé el último sistema anti-spam: las listas
grises. Por definición, una lista negra y una lista blanca se
entienden perfectamente, pero la lista gris es un sistema que se
basa en el rechazo temporal del correo. Este rechazo no es una
devolución, sino una notificación de acuerdo al protocolo de
intercambio de correo que indica al servidor emisor que el servicio
no está disponible temporalmente (aunque lo esté) y le pide que lo
reintente más tarde. Si el servidor que envió el correo está
correctamente configurado y responde al protocolo SMTP, reintentará
el envío diligentemente pasados unos minutos, y entonces nuestro
sistema de lista gris detectará que cumple con el protocolo y
permitirá la entrega, agregando además el par emisor-receptor a una
lista blanca temporal. En la inmensa mayoría de los casos de SPAM,
el servidor usado para enviarlo es un sistema temporal que finge
ser un servidor correctamente configurado, y que por lo tanto no
responde al protocolo. Esto significa que nunca reintentará este
tipo de rechazos temporales, con lo cual el correo jamás será
entregado al pobre receptor.
Después de un día funcionando con este sistema, no he recibido ni
un sólo correo basura.
Pero volviendo al tema anterior, la implementación de las listas
grises me permite deshabilitar uno de los (hasta ahora) más
efectivos sistemas de control de spam: las listas negras
distribuidas. Este tipo de listas negras consiste en empresas que
ofrecen un servicio (algunas de pago, otras -la mayoría hoy en día-
gratis) por el cual identifican servidores de correo (por IP o por
nombre) como ilegítimos, ya sea por ser "open relay", por
pertenecer a un bloque de IPs dinámicas, o incluso por haber
detectado spam desde esos servidores en buzones títere llamados
"spamtrap".
Y si hasta ahora ha sido tan efectivo, ¿por qué querría yo
deshacerme de este sistema? La respuesta está directamente
relacionada con el asunto de este post. Ya sé quién hace dinero del
SPAM: las empresas anti-spam. El modelo de negocio es tan sencillo
y lucrativo como el de las empresas anti-virus: ¡tú mismo puedes
crear tu propia demanda!
Hace tiempo me encontré con que una de las empresas más relevantes
de distribución de listas negras había incluído mi servidor en una
de sus listas. El motivo resultó ser que otro servidor que está en
la misma red que el mío ha enviado repetidamente spam a direcciones
de "spamtrap". Su política consiste en listar todo el bloque de red
IP como culpable del SPAM (en lugar de sólo la IP del servidor que
envió el SPAM).
Para que nos entendamos, esto es como si un ciudadano de un país
árabe atenta contra un país occidental, y automáticamente todos los
controles de seguridad consideran culpable a cualquier
árabe/musulmán que vean. Ah, coño, que esto también se hace en la
realidad... ¿Acaso es justo? ¡Paguemos todos por los pecados del
vecino!
Cuando solicité que me sacaran de la lista negra, la empresa me
indicó que su política es inalterable, y que aunque saben que mi
servidor nunca ha enviado SPAM, no van a sacarme de la lista hasta
que mi proveedor se ponga en contacto con ellos. Pero la cosa no
acaba ahí, no... porque, ¿de qué vive esta empresa (SORBS)? Pues
este es el final de toda la cadena: SORBS impone a los proveedores
de internet un sistema de "multas" por el cual deben PAGAR a SORBS
para eliminar sus IPs de sus listados. A mayor reincidencia, mayor
multa.
¿Qué implica esto? Para el proveedor, que sus IPs (por las que paga
una pasta) están injustamente incluídas en listas negras de SPAM,
por lo cual no podrán venderlas a sus clientes, sin entrar en el
aro de pagar el impuesto revolucionario de la lista negra. Para el
usuario como yo, esperar indefinidamente hasta que mi proveedor se
decida a pasar por el aro, o cambiar de proveedor.
Lo peor de todo es la terrible sospecha de que el propio intersado
en crear su propia demanda podría sin ningún problema, contratar un
servidor en mi proveedor, configurarlo deliberadamente para ser
usado como spam, y hacer que la rueda gire, y la caja siga
sumando...
Y este tocho, amiguitos, es para ilustraros sobre por qué nada es
gratis en el mundo y cómo nos torean y putean sistemáticamente para
hacer caja a nuestra costa. Yo, mientras tanto, seguiré pagando a
mi proveedor la cuota mensual del servidor, aunque mi correo no
funcione bien porque está en una lista negra.
RTFM son las siglas de (en inglés) READ THE FUCKING MANUAL.
Básicamente, un "Lee el puto manual", por si no se te da bien el
inglés. Este acrónimo se usa a menudo en listas de correo y foros
técnicos donde normalmente otros usuarios vienen buscando
información o planteando problemas a los que se enfrentan y
buscando alguien que les ayude a solucionarlos.
Como punto gracioso, en general, no está mal del todo en plan
colleja, "aconsejar" al preguntón que busque información antes de
preguntar. Pero todo tiene sus límites. Si el RTFM va acompañado de
la respuesta que buscaba, entonces bienvenido sea el tirón de
orejas por vago, porque cierto es que mucha gente prefiere
preguntar en el primer foro que encuentra antes que darle un poco
al "gúgel". Sin embargo, hay ocasiones en las que mataría al
gilipollas de turno que, por hacerse el gracioso, supongo, suelta
el mensajito de putolistodeloscojones.
Hoy, buscando información sobre Nagios (un monitor de servicios en
Linux que no viene al caso comentar más) me encuentro en una lista
de correo a un tipo que dice, literalmente, que conoce la respuesta
pero no le sale de los cojones decírsela al preguntón de turno sólo
por vago por no haber mirado la documentación.
Primer "GILIPOLLAS" en toda la cara: No siempre es que la gente no
se moleste en leer la documentación, a veces las documentaciones
son poco claras y/o el preguntón es demasiado novato y no lo ha
entendido.
Segundo "GILIPOLLAS" en toda la cara: Si no vas a contribuir en
absoluto, ¿para qué hostias respondes? ¿Para qué malgastas
electricidad, ancho de banda y tiempo del resto del mundo? ¿Sólo
para dejar claro lo listo de mierda que eres? Métete tu puto manual
por el culo y folla un poco en lugar de responder tonterías sin
sentido.
El movimiento del software libre se basa principalmente en el
principio de que, compartiendo la información, podremos llegar a un
mundo idílico donde todos sean capaces de aprender y hacer cosas
por sí mismos, y de ese modo ser más independientes, creativos y
capaces. Se basa también en la defensa del hecho innegable de que
algun día todos fuimos novatos, y todos necesitamos la ayuda. Si a
tí te ayudaron, ¿cómo puedes ser tan hijoputa como para negar la
ayuda a otro?
Hay veces que en el mundillo de la informática me encantaría poder
llegar al otro lado de la pantalla y repartir cuatro hostias bien
dadas... Ya lo decía Ford Farlane:
Cuando en el instituto estudiábamos en matemáticas la teoría de
límites, siempre me resultaba gracioso aquel retintín a la hora de
preguntar hacia qué límite tendía la función de turno. Como en casi
todo en matemáticas era un auténtico zote, y se me daban fatal,
pero siempre me gustaba el hecho de que todo tendiera al infinito.
A fin de cuentas, ¿para qué nos servían los límites? Así que me
acostumbré a sólo saber resolver el caso de límites que tendían al
infinito (seguramente por aquello de no tener que calcular
logaritmos y demás polladas).
El caso es que sea por eso o por otra cosa, en la vida real me he
ido dando cuenta con el tiempo que a menudo no sé dónde están los
límites de las cosas. Y generalmente tiendo a ponerlos, como para
evitar el cálculo logarítimico, en el infinito. Básicamente me
despreocupo de cuales puedan ser las consecuencias de las cosas, y
asumo que las que tengan que ser serán, y punto.
Pero un día alguien te dice algo equivocado y entonces te das
cuenta de que esa forma de jugar a la vida que tienes, simplemente
no vale para el resto de los jugadores. Que la gran mayoría de
ellos sí han hecho sus cálculos neperianos y saben dónde están sus
límites. Y no sólo lo saben, sino que están dispuestos a
defenderlos con uñas y dientes. Y que no respetarlos les hace
daño.
¿Cuántas veces habré roto la baraja de este peculiar juego por no
pararme a calcular hacia dónde tendía el límite de cada
situación?
Sí, soy afortunado. Aunque a veces se me olvide. Aunque a menudo no
lo sepa. Aunque me hundan en la miseria los más estúpidos de los
problemas vitales. Soy increíblemente afortunado de sólo tener como
queja el no haber salido de fiesta en los últimos meses.
Soy tan afortunado que a veces no soy consciente de la suerte que
tengo de poder vivir como vivo, donde vivo, haciendo lo que me da
la gana (siempre más o menos). Sin tener que eslomarme por 300
euros al mes y nada más que pensar en pasta y pasta. Por tener una
familia que me quiere y que me apoya, siempre a su manera, pero
siempre ahí. Por tener unos amigos que a pesar de todo año tras año
están ahí. Por tener a la gente que más me quiere bien cerca,
incluso aun aquellos que están en la distancia.
Soy tan afortunado de no saber lo que es vivir teniendo que
agradecer que alguien me regale un sitio para dormir, de no saber
lo que es tener que trabajar 7 días al mes 12 meses al año, de no
encontrarme sólo en el salón de mi casa todos los días, de no
haberme encontrado en la situación de no tener ninguna opción de
estudiar lo que me gusta, o simplemente de estudiar en absoluto.
Afortunado de poder escoger qué música quiero escuchar hoy, a dónde
quiero ir a dar un paseo, con quién quiero hablar.
Soy infinitamente afortunado por no haber tenido que coger un arma
en mi puta vida, y por la maravillosa posibilidad de que eso no
ocurra jamás mientras viva. De no haber visto lo que es una guerra,
lo que es vivir con miedo, lo que es no tener qué llevarme a la
boca.
Soy tan afortunado como tanta otra gente, como tú que estás leyendo
esto... tan, tan afortunado, que me dan ganas de cabrearme y matar
a hostias a todo aquel que no sonría ahora mismo por todo lo que
tiene, por ser tan jodidamente afortunado como yo lo soy, y que no
de las gracias al mundo entero por dejarnos ser tan
afortunados.
Tan afortunado que me dan ganas de vomitar sólo de pensar en cada
instante de mi vida en que me siento triste y desdichado.
Tan afortunado que quizás, y sólo quizás, tú leas esto y te sientas
igual de afortunad@. Así sea.
Hace tiempo me dedicaron una canción de un pollo llamado Facto
Delafe (y las Flores Azules), al que había oído una o dos veces.
Desde aquel día no puedo evitar que toda mi piel se estremezca
cuando la escucho. ¿Qué tendrá esa letra?. Juzguen ustedes
mismos...
<<...
Y tu piel es blanca como esta mañana de enero demasiado hermosa
como para ir a trabajar.
Sin pestañear hablamos con el jefe un cuento chino y, como niños,
nos volvemos a acostar.
Se supone que debía ser fácil ¿Tienes frío? Pero a veces lo hago un
poco difícil. Perdón.
Suerte que tú ríes y no te enfadas porque eres más lista y menos
egoísta que yo.
¿Todavía tienes frío? Bueno, cierra los ojos un minuto que te llevo
a un lugar...
Imagina una calita, yo te sirvo una clara. Es verano y luce el sol,
es la costa catalana. Estamos tranquilos, como anestesiados.
Después del gazpacho nos quedamos dormidos mirando el Tour de
Francia en la típica etapa donde Lance gana imponiéndose al sprint
con un segundo de ventaja en el último suspiro colgándose a sus
hombros el maillot amarillo. De nuevo al chiringuito, un bañito, un
helado de pistacho y un partido al futbolín. Lanzamos unos
freesbies, jugamos a las cartas y acabamos cenando sardinas y
ensalada. Bebemos, dorados. Hablamos, callados. La luna, la sal,
tus labios mojados. Me entra la sed y pido una copa y España se
queda en cuartos en la Eurocopa.
Pero nos da igual, hoy ganaremos el Mundial. Subimos a casa,
hacemos el amor y sudamos tanto que nos deshidratamos. El tiempo se
para, el aire no corre. Mosquitos volando y grillos cantando y tú a
mi lado muriendo de sueño. Cansada, contenta, me pides un cuento y
yo te lo cuento, más bien me lo invento. Te explico que un niño
cruzó el universo montado en un burro con alas de plata buscando
una estrella llamada Renata que bailaba salsa con un asteroide
llamado Julián Rodríguez de Malta. Malvado, engreído, traidor y
forajido. Conocido bandido en la vía láctea por vender estrellas
independientes a multinacionales semiespaciales. Y te
duermes...
Vivan las noches, el sol, la sal en tus labios...
Al principio, como siempre, dormimos abrazados y cuando ya suspiras
me retiro a mi espacio. Me gusta dormir solo a tu lado de la cama,
de esta cama ahora repleta de mantas en esta mañana fría, fría,
fría, congelada, congelada.
-"Enero en la Playa", de Facto Delafé y las
Flores Azules-
Hoy leia en la web de la BBC
(http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/8494860.stm) que Francia ha
denegado la solicitud de ciudadanía a un tipo (cuya nacionalidad de
origen no se reveló) porque (según sus inestigaciones) obligaba a
su esposa (francesa) a usar el velo de cuerpo completo.
Hasta aquí la mayoría de vosotros no pasaréis de la lectura del
integrista islámico machista y cabrón que seguro que le zurra a su
mujer y que algún día se inmolará en una plaza pública...
Pues bien, sin querer entrar (por hoy) en la discusión sobre los
topicazos estúpidos como ese, vamos a analizar un poquito mejor la
noticia y las razones del gobierno Franchute: Resulta que la mujer
vive ya en Francia, y llevan ya tiempo casados, con lo que resulta
difícil creer que el tipo la obligue. Pero también vamos a dejar
eso a un lado, porque lo que me importa de verdad es el
razonamiento del gobierno que dice que hay que evitar cualquier
manifestación de extremismo religioso, y esgrimir esa razón para
denegar cualquier petición de residencia o de ciudadanía.
Cojonudo.
Me gustaría ver al gobierno franchute denegando la residencia a un
judío turuleta (de esos ortodoxos que llevan turulos de pelo en las
orejas), o a cualquiera de esos curas católicos/cristianos
radicales que sueltan barbaridades como que deberían morir en la
hoguera todos los que quieren ejercer su derecho al aborto, o los
que se manifiestan a gritos y palos contra las leyes de matrimonios
homosexuales.
¿Por qué esa doble vara de medir? ¿Por qué hostias tenemos que
tolerar integrismos "buenos" mientras demonizamos otros? Quién es
más integrista, ¿el integrista o el integrista que combate al
integrista? ¿Qué hace al cura aceptable y al imán deleznable? ¿Por
qué matar toros en un ruedo es "cultura" mientras un velo es una
aberración que atenta contra las libertades básicas?
Justo ayer pensaba viendo otra noticia sobre los bombardeos en Gaza
del año pasado, que hace años la industria de Hollywood nos llevó a
toda una generación a creer que los comunistas eran seres malignos
y un poco estúpidos enemigos de la libertad que sólo ansiaban con
destruir el mundo en una hecatombe nuclear y de esclavismo del
ciudadano medio. Hoy el villano del cine ya no mide 2 metros ni
mete hostias como panes. Ahora es bajito, moreno, barbudo y grita
"yallah, yallah!". Pero por lo demás sigue cumpliendo el esquema:
torpe, medio tonto, enemigo de la libertad, y siempre dispuesto a
destruir todo lo que nos hace felices.
Me pregunto si los integrismos "del lado bueno" terminarán por
hacer que los mundos islámicos desaparezcan, igual que
desaparecieron (casi todos) los regímenes comunistas. O si por el
contrario la capacidad de comunicarnos que tenemos hoy gracias a
Internet será más fuerte que los medios de masas del pasado y no
caeremos en la trampa de creer que todo islamista es una bomba
humana en potencia.
Por el momento, no tengo la menor esperanza en que eso
suceda.
Aunque es ya de por sí de dominio público, y me la pela
olímpicamente si este tipo lee esto y le da por denunciarme, quiero
hacer desde aquí mi aportación a la conciencia global gritando alto
y claro que:
EL SEÑOR ENRIQUE DANS ES GILIPOLLAS.
Y ahora ven y denúnciame. Demuéstrame que tengo razón,
payaso.
Hoy me llegó un correo (otro más) de esas típicas cadenas
estúpidas. El mensaje tenía este asunto:
[Fwd: Re: FW: ESPERO RESPUESTA!! (Te vas a reir cuando lo
reenvies)]
Obviamente, ya sabía yo qué tipo de correo me tocaba borrar otra
vez más. La remitente, una tal Michelle
(michelle_ivonne3@hotmail.com), cuya dirección publico aquí para
escarnio público y para que los spambots del mundo entero la
incluyan en sus listas, persona a la que por cierto no conozco de
nada y que me añadió a su lista de contactos gracias a una de estas
cadenas de correo absurdas, me envía periódicamente alguna de estas
perlitas, para mi desesperación. Como ya he intentado otras veces
convencerla de que no haga esto, y que si lo hace no me incluya en
su lista de distribución, hoy he perdido la paciencia, y me he
desahogado soltándole un charleto emailístico que me gustaría
compartir con todos, por si acaso alguno de vosotros ha pensado
alguna vez en incluirme en este tipo de correos absurdos.
El tonti-correo de hoy hablaba bobadas perugrullíticas sobre los
amigos, que si tengo n amigos, que si haría x por un amigo, que si
bla bla bla amigo. Al final, para rematar mi ira, colgaban la
típica gilipollez de "si reenvías esto a 11 personas aparecerá un
video que es un lujito" (¿¿lujito??) "no te puedo decir de qué se
trata, sólo que te reirás al reenviarlo". El que se está partiendo
de risa es el que envió esto por primera vez.
Sin más preámbulos, mi respuesta a tan admirable personaje que
periódicamente me bombardea con mierda:
"Michelle,
Sigo sin saber quién eres. Sigo sin querer recibir este tipo de
correos. Como espero que hayas comprobado, este tipo de mensajes
son una estupidez y nada aparece en la pantalla (el que sí se ríe
es quien lo escribió, pensando en cada uno de los pardillos que lo
reenvían).
Como verás en las primeras líneas de tu correo, todo eso son
direcciones de email válidas y existentes. Esto es una fuente de
spam. Por culpa de estos correos, mi dirección está en listas de
distribución de spam y diariamente me llegan cientos de correos no
deseados (y no todos ellos son tan inofensivos como el tuyo).
Por favor, antes de nada, ELIMÍNAME DE TU LISTA DE DISTRIBUCIÓN. Si
es necesario, hazlo también de tu lista de contactos, para así no
tener más la tentación de meterme en el saco cuando quieras
reenviar tonterías como esta por ver si sale un video
"lujito".
Creo que es la enésima vez que te pido que no me envíes este tipo
de cosas. A ver si esta funciona. Si no, creo que tomaré la
costumbre de reenviarte todos y cada uno de los correos spam que me
llegan por culpa de estos reenvíos absurdos.
Por cierto: yo también tengo muchos amigos, y ¿sabes qué? No
necesito recordárselo por email. Si de verdad son amigos, quedo con
ellos, o les llamo y hablo con ellos. De esa manera saben que eres
su amigo. Reenviando correo no deseado con mensajes bobos y con
mentiras sobre vídeos que aparecerán mágicamente en tu ordenador,
les hacen pensar que eres boba y una pesada.
Te recomiendo que adquieras un poco de culturilla de internet para
que no vuelvas a caer en estas trampas y no hagas perder la
paciencia de nadie más en el futuro. Y también te recomiendo que
llames a tus amigos en lugar de enviarles bobadas.
Atentamente, -kali-"
Por la cultura digital, esa que no se parece a la que defiende la
SGAE.
A veces no puedo evitar pensar que ya va siendo hora de salir de
una vez por todas del armario, que ya está bien de engañar a mis
amigos, de inventarme excusas... pero sobre todo de engañarme a mí
mismo.
Supongo que cuando tienes las cosas tan claras ya no tiene más
sentido seguir ocultándose tras una cortina de excusas y de
ambigüedades, y llega un momento que te da por decir "¡A la
mierda!" y que se entere todo el mundo, casi dan ganas de gritarlo
de tanto tiempo que llevabas escondido.
Al final, terminas entendiendo el por qué de las fiestas del
orgullo, porque después de tanto tiempo encerrado en el armario, lo
único que quieres es defender tu derecho a decirlo alto y claro,
aunque no te des cuenta que a los demás no tiene por qué
importarles un carajo.
El caso es que hoy me siento agusto conmigo mismo, con lo que soy,
con cómo soy, y con quién lo soy. Y me gustaría salir para siempre
de este maldito armario... por muy agustito que se esté aquí dentro
contigo.
Pues sí, aquí donde me véis acabo de mejorar aún un poco más el
sistema de posts automágicos. No es que podáis verlo, porque es
todo cosa de tripas internas del bicho este, pero qué le vamos a
hacer, os lo creéis y punto.
Estoy probando un nuevo sistema que he hecho (casero 100%) para
postear por correo electrónico. Los días de hacer ssh y postear con
nano escribiendo código html para los acentos y las eñes han
llegado a su fin.
Hoy de repente y sin previo aviso ha empezado a hacer un frío del
carajo en Shanghai. De estar ayer en camiseta por la calle, a morir
de frío por no llevar guantes al conducir una moto eléctrica que no
pasa de 30 kmh, así, de la noche a la mañana...
Estoy seguro de que lo he comentado en alguna otra ocasión por
otras razones diferentes, pero es en momentos como este cuando de
verdad siento que me estoy haciendo viejo, cuando de repente odio
el frío con toda mi alma y sólo quiero calorcito en todo mi
cuerpo.
Tal vez por desear tanto calor me ha pasado lo que me ha pasado:
removiendo unos espaguetis con un cucharón raro me he volcado el
agua hirviendo por toda la mano. Aún me estremezco al recordar un
dolor que no me ha dejado ni gritar. ¡Escaldado vivo!
Pues no será por falta de ganas pero tampoco porque me lo pidan de
vez en cuando por aquí, pero he decidido sacar la bayeta del polvo,
atarme el mandil y ponerme a limpiar este rincón que tan abandonado
andaba.
De momento no mucho tengo que decir, apenas que me he decidido a
volver, y que tengo muchas cosas que contar: hoy es mi cumpleaños,
hace 5 días empecé a trabajar en una empresa super molona como
sysadmin del infierno, en la que me dan una caña como hacía años
que no recordaba, y que por primera vez en mi vida, vía UOC, estoy
sacando todo sobresalientes en la universidad.
Parece que la vida de repente se ha decidido a sonreírme un poco
¿no?
De toda la vida, cuando escuchaba el dicho de "como un pulpo en un
garaje", me imaginaba no el típico pulpito que te comes a la
gallega, sino más bien aquél de las novelas de Julio Verne, un
monstruo de varios cientos de metros de largo, tratando de ponerse
en pie en un garaje lleno de herramientas y cacharros metálicos
almacenados en estanterías, donde además el garaje estuviera lleno
de agua sólo hasta la mitad. El pobre pulpo no podía apenas ni
respirar en el hipotético caso de que consiguiera levantarse, y en
sus vanos y torpes intentos por encontrar algo a lo que poder
sujetarse, todos los cacharros y todas las estanterías se venían
abajo en un jaleo impropio de algo que se encuentra sumergido.
También estaba, cómo no, el pobre coche que naturalmente duerme en
el garaje. Aplastado y retorcido debajo del peso de semejante
bicho, contribuía sustancialmente al desagradable concierto de
ruido que llamaba la atención.
Sin embargo, el verdadero protagonista era el pulpo. Ese bicho
enorme y patoso que sólo atrae la atención para sentir una mezcla
de piedad hacia él por lo difícil de su situación, y de odio por
perturbar la paz de todos los observadores, que tratan de dedicarse
a sus garajiles actividades sin la molestia de tan estruendoso
inquilino. La gente lo mira con desprecio y con una gotita de
lástima, que se convierte si cabe en un poco más de desprecio, y
todos coinciden en que lo mejor que puede pasarle al bicho es que
se muera y se calle de una vez, o que alguien tire de uno de sus
tentáculos y se lo lleve de allí corriendo.
Hay veces en la vida, demasiadas últimamente, en que me siento
exáctamente como ese Vernesiano ser. Estar sentado en una terraza
pija de la Castellana, entrar en tiendas de ropa donde nada de lo
que me gusta está bien, tomar unas cervezas rodeado de gente que
tiene resuelta su vida, intentar ligarte a una chica que de repente
está jugando la promoción de ascenso a la siguiente
división...
Demasiado frecuentemente me siento como ese pulpo, intentando en
vano sujetarme a algún sitio, con la sensación de que si me quedo
panza arriba mirando al techo del garaje, antes o después aparecerá
un cuchillo de carnicero dispuesto a hacerme rodajitas para
servirme en un plato gigante de madera con patatas y azafrán. Y me
pongo más nervioso y al intentar zafarme sólo consigo ahogarme
más.
Ojalá alguien tire de uno de mis tentáculos y me saque de aquí,
corriendo, buceando hasta los rincones más oscuros del fondo de
algun abismo marino, donde ni siquiera la luz del sol pueda
reflejar mi cara y mi cuerpo, y pueda vivir un tiempo escondido y
alejado de todo.
Estoy en Madrid. No sé por cuánto tiempo, ya que me he venido con
un billete de sólo ida. La razón, bueno, hay varias, pero la última
razón por la que me quedo sin fecha de vuelta, es que han
diagnosticado a mi padre un cáncer de próstata. De momento seguimos
esperando que la Espe cumpla sus 30 días de plazo, pero hoy por hoy
aún no tiene fecha de operación.
Entre tanto, la vida pretende ser lo más normal posible. Mi padre
(y mi madre), sin embargo, están acojonados perdidos. Tratando de
fingir normalidad todo el rato, pero acojonados al fin y al cabo.
Yo no paso de verlo como algo normal, como que nada de lo que
hagamos puede cambiar nada, y que lo que tenga que ser será. Quizá
demasiado pasotismo, quizá el adecuado, pero sé que ya no estoy
atacado de nervios. No sé si por estar en Madrid o por qué, pero se
me ha pasado ya los días que me tiré con espasmos involuntarios en
el brazo.
El caso es que en este tiempo me encontré una canción que me sacó
algo de tristeza-lagrimillas sin querer, y aunque mi padre jamás en
la vida leerá este blog, quisiera dedicarle esa canción:
I was a kid you were my dad
I didn't always understand
I wanted freedom you got mad
You were concerned I got upset
I didn't recognize you yet
And did you cry I know I did
When I lied to you
I didn't want to hurt you
I just never knew I did
You never told me that you loved me
I know you didn't know how
I guess that shows we're much the same
'Cause I love you too and until now
I've never said those words out loud
I hope you're proud
To be my dad...
What are your secrets, do you pray
Is there a god that shows your way
I wish I knew...
Do you have crazy fantasies
What happens in your dreams
I want to know...
I guess you'll always be a mystery to me
But you taught me how to value life
And what else do I need
I have a dad who watches over me
-"Dad", de K's Choice, en su disco "Paradise in
Me"-
Los dos se encontraron en el mismo cuento.
Los dos se encontraron justo en el momento.
Fue un beso de esos que bajan la guardia.
Fue un beso de esos de darse las gracias.
Un beso de esos, de esos que valen
por toda la química de la farmacia.
Los dos intuyeron sus ojos cerrados,
sus bocas pegadas cercaron su aliento.
Fue un beso de esos que cumplen un sueño,
un beso de esos que son el primero.
Un beso de esos que ponen contento:
los dos se creyeron singing in the rain.
[...]
Fue un beso de esos que premian las ganas.
Un beso de esos que luego te marcan.
Un beso de esos de bésame mucho.
Tan locos quisieron perderse del mundo.
Tan locos rodaron uno sobre otro.
Un beso de esos que valen por todos.
-"Un beso de esos", de Toni Zenet, en su disco
debut "Los mares de China" (manda huevos)-
No puedo evitar gritarle al mundo que es por esos besos que soy
feliz.
Hace no mucho un cliente nos pidió un presupuesto para SEO. En ese
momento, yo sabía que oía campanas, pero no tenía muy claro dónde.
La única vez que había tratado ese tema se refería a "Search Engine
Optimization", aplicado a sistemas de indexación y recuperación de
datos en bases de datos documentales con campos de texto completo.
Pero no pegaba nada con lo que nos pedía el cliente. Así que caí en
la cuenta que lo que ahora llaman SEO es lo que tradicionalmente
había caído en el concepto de "posicionamiento en buscadores". Para
hablar en lengua común, "salir más arriba en el gúgel".
Entonces un tipo al que no conozco nos pasa un documento con una
descripción del proyecto de SEO para una web, acompañado de un
presupuesto. Al leer el presupuesto no consigo salir de mi asombro.
Desarrollo de la web: 2500 euros (proyecto aparte),
posicionamiento: más de 5000. ¿Cómo?
Leyendo detenidamente el proyecto no sólo me doy cuenta de lo cutre
que es la redacción en inglés del tipo que lo escribió (no es que
yo sea Shakespeare, pero lo de este tío tenía delito), sino también
de lo que ya sospechaba acerca del SEO.
Hoy en día hacer una cosultoría SEO consiste, básicamente, en
engañar al cliente. Esto es, en venderle humo. Pero humo del bueno.
El resumen práctico y bajado de nuevo a idioma de la calle,
traducido y sacada la paja, viene a ser:
"Nos leemos tu web, aplicamos una serie de palabras claves que nos
das tú (aunque te proponemos una lista) y luego te obligamos a que
tú las introduzcas en tu página. Después te damos de alta en los
buscadores, y te hacemos un acuenta en 'gúgel analitics', para que
veas cómo evolucionan las visitas a tu web. Por todo esto (decirte
lo que tienes que hacer) te vamos a cobrar 5,000 eurazos de
vellón."
Además, la cosa no acaba ahí, más bien sigue: "Durante el año nos
comprometemos a hacerte 4 análisis de la evolución del proyecto
(vamos, a hacerte un par de 'pogüerpoins' con la información que
nos da el 'gúgel analitics' y si acaso a proponerte cambios en las
listas de palabras clave (por supuesto, no a implementar esos
cambios), y por esto te vamos a cobrar otros 200 eurazos al
mes."
Como podéis ver, el asunto del SEO consiste básicamente en decir:
Aprovechamos que no tienes ni zorra idea de lo que quieres, te
vendemos un montón de humo del que en la práctica vas a poder usar
3 listas de palabras clave y un par de pogüerpoins, y te rajamos de
arriba a abajo porque somos unos putos listos.
Todo esto, que a nivel técnico requiere un tiempo de trabajo que no
justifica más de 500 euros, y eso cobrando la hora a mogollón y
perdiendo mucho tiempo en poner pogüerpoins bonitos (con faltas de
sintaxis y ortogrfía en inglés), y sin mover un dedo para hacer
visibles nuestras propuestas -y supuestas- mejoras. Eso te lo
dejamos para tí, que curres, o mejor, te pasamos un presupuesto
aparte por implementarte esos cambios de pacotilla.
Esta estrategia de vendehumos es la que hizo que las famosas
"puntocom" se fueran a la mierda, y es también la repugnante forma
de vivir a costa del que no sabe, en lugar del esfuerzo propio y
del coste real del trabajo. Es también lo que se esconde detrás de
los contratos basura de obreros que se obtienen en revendedoras de
carne para que trabajen y hagan realidad todo ese humo vendido en
forma de cutre-pogüerpoins.
Me genera asco y vergüenza tener que presentar un documento de este
estilo. Debería estar perseguido por ley y penado con cárcel
incluso, como gran TIMO que es. Y lo digo desde el conocimiento de
causa. Así que si alguna vez alguien os quiere vender un proyecto
de SEO, mandadles a tomar por culo.
Siempre he repetido aquellas palabras de Paulo Coelho en las que
hablaba sobre el miedo a escoger, porque elegir un camino implica
siempre dejar atrás otros muchos.
Hay veces en que al dejar un camino atrás sientes un vértigo
tremendo de haberte equivocado, y de pensar que lo has dejado atrás
para siempre.
De repente alguien a quien creías tu colega (tu amigo) te cuenta
que una mierda que hiciste hace 6 años te ha marcado de por vida
como con una letra escarlata, como tu propia estrella de david en
el brazo, y que por eso no confía en tí para nada que tenga que ver
con el curro.
Y entonces dolido como un perro moribundo y sin terminar de
entender por qué te duele tanto, en medio de una pataleta de niño
pequeño, le preguntas a alguien lo que cree. Y su respuesta es
demoledora. "¿De verdad es tu amigo?..."
No sé si me duele más lo primero o lo segundo. O tal vez sea la
cara de gilipollas que se te queda...
Qué vueltas da la vida, ¿pero qué haces tú aquí?
¿Es que ya no te acuerdas? ¡Nos vimos en Berlin!
Fue una madrugada, de aquel invierno hostil,
en una mazmorra a punto de morir.
No sabes si llorabas de rabia o de dolor:
¡yo vi caer tus lágrimas entre sangre y sudor!
¡Fue solo ayer! cuando el Nazi diparó en tu sien
¡Solo ayer! el campo de concentración, sí, fue
¡Solo ayer! tortura y persecución.
¡Fue solo ayer! suplicando de rodillas su perdón...
¿Ahora quién? ¿Quién es el asesino?
¿Ahora quién? ¿Quién mata sin razón?
¿Ahora quién, utiliza la tortura?
Con algunas faltas, o mejor digamos que con algun@s a los que eché
de menos y de los que eché de menos felicitaciones, al final ni tan
mal salió. Borracho como una cuba, mi cuerpito de madera hoy me
pide cuentas y hace bueno aquello que cantaba Fito de que "Cada vez
me pesan más los huesos"...
30 años no son nada, dice el tango (¿o eran 20? bah, que más da) y
lo cierto es que no noto nada distinto de ayer y nada ha cambiado.
Siempre he dicho que los años van por dentro y por eso me la pela
cumplir (cada vez más alucino con la cantidad de gente a la que le
da urticaria hacerlo), pero aunque ya haya superado la barrera
psicológica de cuando los adolescentes empiezan a llamarte "señor",
yo sigo sintiendo no más de 25 en mi cabeza.
Lo más curioso y lo más innovador de este año es la parida del
facebook. De repente te felicita gente con la que apenas has
hablado 2 veces, como si fueran tus colegas de toda la vida. Gente
a la que crees que les importas un peo de repente son tus mejores
amigüitos. Y toda la gente, así en general, se convierte en
ultravaga y manda mensajitos por feisbuc porque feisbuc les dice
que hoy es mi cumpleaños. Curioso.
Creo que para el año que viene haré el experimento del psicópata de
Carlos, que consiste en poner fechas diferentes de cumpleaños en el
feisbuc, el escaip, y todas esas chorradas que avisan a la gente,
para ver quién te felicita porque te conoce, y quién porque se lo
dice un puto programa.
Anyway, gracias a todos los que estuvisteis ayer, y también a los
que estando lejos se acordaron.
"Lo que está claro para mí, a día de hoy, es que lo que la
psicología occidental considera un individuo sano y entero no es
sino un sujeto psicótico viviendo un lamentable sueño egótico, un
delirio de poder del que más le vale despertar pronto.
Seguimos estando perdidos, caminando sin rumbo sobre la superficie
de un pedazo de roca que orbita alrededor de una estrella menor en
el brazo de una galaxia común que flota en una oscura inmensidad
que nuestra mente siquiera puede concebir.
Cuando nos encontramos por la calle deberíamos abrazarnos y
felicitarnos por el milagro de existir, por seguir con vida un día
más, y a lo más a que acertamos es a mirarnos con desprecio.
Poco antes de las olimpiadas de Beijing se puso de moda la crítica
contra China y contra todo lo que rodeaba las olimpiadas. Las
imágenes de los Aros Olímpicos hechas con esposas eran un reclamo
más, así como la teoría del logo olímpico con un fusilamiento en
paredón.
Durante meses, expertos mundiales en criticar por deporte (esos sí
merecen una medalla) se han dedicado a protestar por la libertad de
un pueblo, el Tibetano, del que muchos desconocen toda su historia,
e incluso algunos no saben ni colocarlo en un mapa. Listillos y
modernillos se han convertido en defensores de la justicia suprema
amparados en su conocimiento de la causa brindado por las noticias
de Tele5, CNN, y la película de "7 años en el Tíbet".
Bajo esa marea de críticas nació un eslógan de lo más inteligente:
"Yo no soy cómplice". Un pretendido boicot a las olimpiadas y a
toda China en general.
Pues bien, yo hoy quiero manifestar que yo, al contrario que todos
esos listillos sabelotodo, sí soy cómplice. Y a mucha honra.
Sí soy cómplice de un evento que ha conseguido abrir al mundo uno
de los países más herméticos.
Sí soy cómplice de que la gente sienta interés real y ganas de
conocer aquello que sólo conocen de oídas.
Sí soy cómplice de dar la oportunidad a más de 1.500 millones de
personas de mejorar sus vidas, de sentirse útiles y partícipes de
una sociedad, de despertar de un letargo de olvido y convertirse en
protagonistas de un evento mundial.
Sí soy cómplice de viajar aquí y conocer de primera mano aquello
que nos venden en los noticiarios.
Sí soy cómplice de querer conocer en lugar de criticar con lo que
otros nos cuentan.
Sí soy cómplice, también, a mi pesar, de tolerar que otros países
promuevan el boicot indiscriminado por razones de oportunismo
político.
Soy cómplice además de no manifestarme contra países que, como
EEUU, tienen la desfachatez de venir a China pidiendo respeto a los
derechos humanos, cuando en sus casas son aún peores.
Sí soy cómplice, en definitiva, de vivir esa gran realidad que reza
que el racismo es una enfermedad que se cura viajando.
Ya acabaron las olimpiadas. Con todos sus detallitos de turno,
desde el quedao del maratoniano marroquí hasta el borrachísimo e
impresentable alcalde de Londres. El COI ya ha volado lejos y los
olímpicos que no han pillado cacho por aquí están de vuelta con sus
familias. La villa olímpica se queda tan vacía como el nido, un
nido del cual todos los hijos han volado ya lejos.
Y ahora ¿qué?
Es la pregunta transparente aquí en china ahora. Llevan tanto
tiempo preparando y hablando de Beijing 2008 que ahora parezca que
no queda nada que hacer. En las televisiones sólo ponen
repeticiones de medallas chinas o de las ceremonias de apertura y
clausura, y si acaso algún documental sobre otras olimpiadas como
para demostrar lo mejores que han sido las chinas.
Todo a pedir de boca, una organización casi perfecta, unos
resultados inmejorables con China como campeona global en el
medallero, con una barbaridad de records del mundo a pesar de los
malditos periodistas que auguraban una olimpiada sin
plusmarcas.
Pero yo pregunto, ahora sin el norte supremo que era Beijing 2008,
y con el eco de la tonadilla infernal del "I love Beijing", ¿quién
sabe hacia donde va este país?
España es, como ya he dicho otras veces, uno de los lugares del
mundo donde más nos gusta hablar de todo como si fueramos expertos
mundiales en la materia.
Estos días no hago más que ver grupos de manifestantes y gente
parloteando sobre lo malos que son los Chinos, y los pobres
Tibetanos. Hablan desde el grado de conocimiento que da la mayor de
las ignorancias. Oyen algo en la tele, o en un periódico, y de
repente, aquellas personas que no sabían (ni aún saben) señalar en
un mapa dónde queda Tibet, son los mayores activistas pro-tibet, y
odian a China y a sus olimpiadas.
Muchas de esas personas tal vez deberían viajar para conocer cuáles
son los verdaderos problemas en China o en Tibet, o por ejemplo
para conocer cómo otros expertos mundiales de diferentes naciones
hablan (con el mismo grado de desconocimiento) sobre la ocupación
Española de Euskal Herria, y los métodos de tortura de nuestras
fuerzas policiales.
Tal vez si dejáramos de creer lo que oímos o leemos en los medios
sin cuestionarnos su imparcialidad empezaríamos a entender, y sobre
todo a respetar, las demás culturas y los demás pueblos.
Hace mucho tiempo empecé, casi por casualidad, con una costumbre
que se convirtió en la mejor forma de ayudar a una amiga. Aquel día
tenía un problema estúpido por su simplicidad en que, un código
HTML que había escrito para una web no terminaba de
funcionar.
Le pedí que se sentara a mi lado y me explicara, paso a paso, qué
hacía cada parte de su código. Ella, naturalmente, se quejó e
insistió en que mirase a ver si veía qué coño estaba fallando. Con
la paciencia que sólo te puede dar una absoluta convicción de que
era el camino, y la sonrisa pícara de "tú hazme caso que ya verás"
le insistí en que me leyera su código, línea a línea, por obvio que
pareciera.
No habían pasado ni 5 minutos cuando su cara se iluminó de golpe.
Ahí estaba, escondido, ese maldito indescifrable error que llevaba
horas atormentándola.
Mucho tiempo después, "leer HTML" es una costumbre que mantenemos
ambos para descubrir los problemas que nos encontramos y no sabemos
resolver.
Esta noche, durante una noche entera sacrificada a esa tarea, me he
dedicado a leer HTML. A leer mis posts desde que llevo en China. A
recorrer, paso a paso, sin dejar una sóla línea condenada al olvido
de la obviedad, toda mi historia aquí, desde Febrero de 2007.
Y de repente está todo claro. De repente sé cuándo dejé de
escribir, cuándo mis post se tornaron en odio, en rencor, en pena,
y en dejadez. Cuándo mi vida se torció para hacer que el tiempo
corra como un relámpago sin dejarme disfrutar (ver) el paisaje en
el camino. Cuándo perdí el gusto por esta, mi única vía de escape
ahora que no tengo moto.
Ahora lo recuerdo. Ahora lo he encontrado.
Las últimas veces que fuí a Madrid. El desengaño con algunos que
creía mis amigos. La sensación de profunda tristeza y de amargura
que me traje agarradas a mi garganta y que me tragué envenenando
mis tripas.
Esa amargura que aún está dentro y que no he sabido sacar. Esa
misma amargura que esta noche me hizo volver a llorar por los
mismos errores, por heridas que se olvidaron, pero que nunca
llegaron a curar.
Vuelvo a Madrid. 5 semanas. Del 13 de Julio al 21 de Agosto.
Otra vez la vista atrás, y otra imagen que recuerdo con tanto
cariño. Recuerdos de lo que quiero en mi vida, de lo fácil que es
conseguirlo cuando se consigue desprenderse de todo lo vanal.
Los senderos, sólo marcados por nosotros mismos, por lo que
queremos a cada momento. Y la vida, algo tan pequeño y tan grande,
que puede llevarse en una bolsa amarrada a la parte trasera de una
moto:
Hoy me he puesto a pensar (mala costumbre, en general) y a recordar
(peor costumbre, por norma), y por diversas circunstancias que no
vienen al caso, me he acordado de mi primera moto, "La Gata", y de
toda mi historia con ella.
He retrocedido hasta mensajes en el foro de motos, y posts de mi
enlatado, mucho tiempo hacia atrás. Y de repente me he dado cuenta
de que no es hace tanto tiempo como parecía.
Dos años y tres meses. Exactamente 823 días se cumplen hoy desde mi
accidente de moto. Parece mucho. Pero hoy se me antoja poco.
En mis recuerdos casi todo lo que pasó en aquella época es confuso,
pero intenso. Intenso en el sentido de que pasaban muchas cosas,
todas muy diferentes, con muchos vaivenes, con mucho (tal vez
demasiado) "ahora arriba ahora abajo".
Dos años después tengo la sensación de que el tiempo pasa más
deprisa, o de que me da tiempo a hacer menos cosas. Detalle curioso
es la comparativa del número de entradas en mi enlatado en estos
dos años:
Abril 2006: 14 posts
Mayo 2006: 20
Junio 2006: 30
Abril 2007: 16
Mayo 2007: 16
Junio 2007: 12
Abril 2008: 3
Mayo 2008: 1
Junio 2008: 4
¿Qué será lo que está pasando?
Sólo sé que tengo más ganas de moto de las que recuerdo haber
tenido en muuuucho tiempo.
Es una pena que no encuentro ningún vídeo por youtube ni nada
similar, así que me contentaré con plasmar aquí la letra...
¡Viva
España!
Evangelizadora de la mitad del orbe
martillo de herejes y herejes
Luz de Trento, espalda de Roma
Cuna de San Ignacio, expulsamos a Napoleón y de vez en cuando vibramos
con nuestra jodida selección.
No se puede pedir más si somos los mejores
Autocomplacencia y buenos jamones
Pero lo último es superior, ¡ya somos Europa!
¡Viva España! Tururu......
Esa es nuestra grandeza y nuestra unidad
y que le vamos a hacer si no tenemos otra.
Desarmado y cautivo el ejercito rojo
les cantamos sevillanas
y les llevamos a los toros.
-Reincidentes, en su disco "Reincidentes"-
Como bien decía un colega mío, ¿alguien sabe cómo quedó la cumbre
del petróleo que se celebró ayer en Madrid?
Hay ciudades, o más bien círculos de personas, donde todas
absolutamente todas las conversaciones empiezan por un "¿Qué tal?".
La mayoría de ellos es absolutamente desinteresado, una mera
cuestión de cortesía, una variante dialéctica del simple
"Hola".
En China la forma cordial dice "Ni chifanlama?" (transcripción
aproximada). Literalmente significa "¿Has comido ya?". El 100% de
los "laowais" (guiris) novatos entramos al trapo y respondemos. La
mayoría de los españoles ponemos alguna excusa sobre que en nuestra
cultura comemos a deshoras, mucho más tarde que aquí. Después de un
rato dando explicaciones, y a la vista de la cara de pollo que se
le pone al chino de turno, el españolito se calla a mitad de la
frase comprendiendo súbitamente que aquello era una cuestión de
cortesía y que no esperaba más respuesta que un simple gesto con la
cabeza.
En esos círculos que decía antes, que hoy suponen el 90% de mi
tiempo con la humanidad, la gente me saluda con un "¿Qué tal?". Y
en mi cabeza surge un torbellino de ideas, de cosas sobre las que
hablarle, que vienen rondándome últimamente.
Podría hablar de mis secretos, de las razones por las que me
escondo o de cómo me he dado cuenta de ello y cómo lo odio. Podría
hablarles de la conversación super interesante que tuve ayer con
una tía que me contaba cómo de entre los aproximadamente 300 tíos
con los que se ha acostado, ni uno sólo ha conseguido que se
corriera. O podría hablarle de cómo una retahila de perversiones
inconfesables recorren mi imaginación todos los días. O de cómo me
cabrean mis gatos cuando rompen todo lo de la casa y cuando no me
dejan dormir por la noche. Incluso de cómo echo de menos
últimamente a alguien en especial. Podría empezar por contarles
cómo me la pela el fútbol y cuánto me ha sorprendido encontrar a
colegas que me conocen contándome lo de España como si me
interesara...
Podría contarles cómo va mi proyecto de empresa, y cómo todos los
días me planteo hasta qué punto quiero ir adelante con ello porque
no quiero atarme a una empresa creada en China, y continuar
contándoles que lo que a mí de verdad me apetece es irme a dar la
vuelta al mundo en una moto, con buena compañía.
Pero todo eso pasa en un segundo por mi cabeza, lo suficientemente
rápido para que no se note cuando contesto con un automático "Bien,
¿y tú?". Y en ese preciso instante la persona que tengo delante
deja de ser una persona. Se convierte sencillamente en una máquina de hablar,
y mi mente desconecta por completo, y por eso nunca soy capaz de
recordar lo que hable con él/ella, a veces ni tan siquiera su
nombre.
Porque durante toda esa conversación, mi mente está muy, muy
lejos...
Llevo demasiado tiempo sin escribir. Llevo demasiado tiempo
escondido.
Desde hace unos días (pudiera ser unos meses) vienen a mi cabeza
cosas fuera de lugar, cosas que no consigo entender y a veces cosas
que no consigo oir. Cosas que pasan por mi cabeza y mi cerebro
directamente elimina, como pretendiendo que nunca hubieran pasado
por ahí.
Normalmente soy yo quien le echa estas chapas a sus colegas, pero
darse la chapa a uno mismo es mucho más complicado. Por eso siempre
he contado con Silvia para decirme a la cara todo lo que me diría
yo si estuviera fuera de mí mismo, si pudiera aleccionarme.
Sin embargo últimamente las cosas han sido demasiado raras y el RAW
se ha diluído más veces de las que podíamos permitirnos. Y yo no he
escuchado. Sencillamente. Mis oídos seguían recibiendo información,
pero mi cerebro la descartaba sistemáticamente cuando no le
interesaba, o cuando no lo entendía.
Hoy he tenido uno de esos días en que odio al mundo entero, en los
que por mí podía desatarse una guerra nuclear (nucelar, ¡se dice
nu-ce-lar!) que nos aniquilase a todos. Y la vena psicóloga que
siempre me aconseja cuando algún amigo tiene problemas me ha
servido para mí mismo esta vez. Me ha contado que no odio al mundo,
sino que vuelco sobre él mi odio a mí mismo, mi rabia conmigo
mismo.
Aún me queda saber si la rabia es sólo un estado pasajero o un odio
profundo.
De momento lo único que tengo claro es que estoy harto de andar
siempre escondiéndome.
Hace tiempo que tengo demasiadas cosas pendientes que escribir,
pero como eso suele ser una constante últimamente, de momento me
atrevo a soltar aquí dos dedicatorias, para quienes quieran
entenderlas:
"Show me, show me, show me how you do that trick"
"The one that makes me scream" she said
"The one that makes me laugh" she said
And threw her arms around my neck
"Show me how you do it
And I promise you I promise that
I'll run away with you
I'll run away with you"
Spinning on that dizzy edge
I kissed her face and kissed her head
And dreamed of all the different ways I had
To make her glow
"Why are you so far away?" she said
"Why won't you ever know that I'm in love with you
That I'm in love with you"
You
Soft and only
You
Lost and lonely
You
Strange as angels
Dancing in the deepest oceans
Twisting in the water
You're just like a dream
Just like a dream
Daylight licked me into shape
I must have been asleep for days
And moving lips to breathe her name
I opened up my eyes
And found myself alone alone
Alone above a raging sea
That stole the only girl I loved
And drowned her deep inside of me
You
Soft and only
You
Lost and lonely
You
Just like heaven
-"Just like heaven", The Cure-
"So we meet again!" and I offer my hand
All dry and english slow
And you look at me and I understand
Yeah it's a look I used to know
"Three long years... and your favourite man...
Is that any way to say hello?"
And you hold me... like you'll never let me go
"Oh c'mon and and have a drink with me
Sit down and talk a while..."
"Oh I wish I could... and I will!
But now I just dont have the time..."
And over my shoulder as I walk away
I see you give that look goodbye...
I still see that look in your eye...
So dizzy Mr Busy - Too much rush to talk to Billy
All the silly frilly things have to first get done
In a minute - sometime soon - maybe next time.
Make it june
Until later... doesn't always come
Until later... doesn't always come
It's so hard to think "It ends sometime
And this could be the last
I should really hear you sing again
And I should really watch you dance"
Because it's hard to think
I'll never get another chance
To hold you... to hold you...
But chilly Mr Dilly - Too much rush to talk to Billy
All the tizzy fizzy idiot things must get done
In a second - just hang on - all in good time - wont be long
Until later...
I should've stopped to think - I should've made the time
I could've had that drink - I could've talked a while
I would've done it right - I would've moved us on
But I didn't - now it's all too late
It's over... over
And you're gone...
I miss you I miss you I miss you
I miss you I miss you I miss you so much
But how many times can I walk away and wish "If only..."
But how many times can I talk this way and wish "If only..."
Keep on making the same mistake
Keep on aching the same heartbreak
I wish "If only..."
But "If only...."
Is a wish too late...
Hay días en que te despiertas y sólo quieres hacerte un ovillito en
la cama mientras sientes cómo el mundo te menea de un lado a otro
como si fueras una concha en la oleada de la marea en una playa,
bamboleándote de un lado a otro al ritmo que la marea decide hasta
que se calme, y dentro lo único que sientes es ganas de
vomitar.
Lo peor de esos días no es pasar por eso, sino recuperar la sonrisa
cuando esa sensación finalmente se calma...
Anoche tuve un sueño. Estaba en mitad del desierto, entre las
dunas. El sol se hundía lentamente en el horizonte, creando un aura
mágica de colores rojizos que lo bañaba todo.
En la cima de la duna, la luz del sol se reflejaba en los millones
de granitos de arena que el viento se iba llevando sigilosamente,
casi sin quererlo. Me quedaba hechizado mirando como, lenta pero
incesantemente, el viento iba modelando figuras con aquella
duna.
Parecía como si acariciase el cuerpo de una mujer, jugando con sus
curvas, tratando de modelarlas y pulirlas, haciendo que sus manos
creasen lo que, sin embargo, ya estaba allí. Como si la duna
adquiriese esas formas sólo porque el viento le susurraba lo
hermosa que podía llegar a ser.
La sombra de alguien pasando por aquella cima, larga a la luz de
poniente, parecía llegar hasta donde yo estaba e invitarme a subir
también, allí, a acariciar aquella piel sedosa que el desierto nos
mostraba.
Cuando llegué a la cima estaba de nuevo solo, solo cara al viento
que llegaba desde la media naranja en que se había convertido ya el
sol en el horizonte.
Decidí sentarme, las piernas enrolladas delante de mí, a escuchar
lo que aquél desierto tenía que contarme. La luz del sol apenas
calentaba ya, pero la rena del desierto devolvía a la tierra ahora
todo el calor que había acumulado durante el día, como si respirase
en un ciclo interminable, siempre al caer la noche.
Me dejé mecer por el calor que emanaba y por el "sonido" de su
respiración, y me concentré en escuchar el silencio que sólo rompía
el viento en mi cara, el mismo viento que aún continuaba
acariciando aquella piel sobre la que estaba apoyado.
En algún libro de Coelho leí sobre una historia de los pueblos
beduínos del desierto, en que contaba cómo, si te parabas a
escucharle con atención, el desierto podía hablarte, contarte sobre
sus penas y las penas del mundo, y podías hablar con él como lo
haces con un amigo.
En mi sueño, el desierto, que parecía girarse sobre sí mismo para
hablarme al caer la noche, me habló sobre nuestro futuro...
Aunque ya hace más de un mes que me mudé, se me había olvidado
cambiar la dirección de contacto en China. Ya está actualizada,
espero que no haya enviado nadie nada a la dirección vieja en este
tiempo (aunque teniendo en cuenta la cantidad de cosas que he
recibido, osea cero, no creo que se de el caso).
Aunque odio admitir que esto tiene pinta de ser bastante periódico,
y que no es la primera vez que paso por aquí -ni que escribo esto-,
tengo la impresión de estar moralmente obligado a encontrar algún
sitio que me proporcione esa sensación de sentirme parte de ello, o
más bien de, de alguna manera, pertenecer a ese lugar.
Un viernes cualquiera, salvo que es completamente diferente de casi
todos, me quedo en casa currando. Al final el curro no es nada
productivo y para colmo el puto Windows me jode todo lo que llevo
hecho. Así que mientras decido si volver o no al tajo me dedico a
leer.
Después de mucho rato leyendo, me pongo a leer lo que yo mismo he
escrito tiempo atrás. Y me doy cuenta de cuánto, cuantísimo echo de
menos algunas cosas.
Echo de menos escribir, a diario. De alguna manera supongo que echo
de menos tener qué escribir.
Por alguna razón el espírituo estúpido de esta ciudad me ha
contaminado haciendo que deje de fijarme en esos pequeños detalles
del día a día, haciendo que ya no sean lo suficientemente
importantes como para conseguir que cada día saque un ratito para
dejar una huella de cómo me han maravillado.
Y llega un punto en que de repente me asusta pensar que ya no me
maravillan los pequeños detalles, ni siquiera en un lugar tan lleno
de detalles de todos los tamaños y todos los colores.
Echo de menos montar en moto. Echo de menos dejar los malos
momentos atrás a golpe de muñeca. Echo de menos trabajar,
crear.
He encontrado un post de hace mucho en el que decía que ojalá en
2007 me diera más brío en cumplir mis expectativas, mis promesas,
mis objetivos.
Hoy me tumbo en la cama para caer en la cuenta de que 2007 se fué y
2008 lleva ya un rato aquí, y aún no he conseguido casi nada de lo
que me propuse.
...
Por cierto, este último silencio ha venido provocado por una
mudanza. Tal vez escriba sobre ello en otro momento.
De cuando en cuando tengo periodos de tiempo como este, en que mi
cabeza sencillamente bulle todo el rato. Mi cerebro no para de dar
vueltas a temas que van desde lo más trascendental de la existencia
humana hasta el número de veces que parpadeo en un día. Y en ese
amplio -enorme- abanico de ideas surcando mi cabeza a toda
velocidad hay cabida para, virtualmente, cualquier cosa.
De toda la vida he sido un poco desastre en la organización. Me
cuesta hacer focus en una sóla cosa y suelo desparramar con
facilidad de un tema a otro. Eso no necesariamente va unido a que
no termine ninguno, ni a que tarde siglos en hacerlo. No
necesariamente. Pero en periodos como este, con tantas cosas
desparramadas en mi mente, las probabilidades aumentan
sensiblemente. De hecho, lo hacen con una progresión exponencial
que tiende inevitablemente al caos.
Así que aquí estoy, por quinto día consecutivo, despierto a las 4
de la mañana, desaprovechando todo el tiempo que me da este trozo
de insomnio no deseado (¿podría llamarlo spam?) y la cantidad de
horas de proceso mental que puedo emplear en nada más que
diversificar mi mente. Algo tan aparentemente sencillo como recoger
unos zapatos, poner una lavadora, o escribir un post, puede
alargarse durante varias horas entre los miles de pequeñas cositas
que se me van ocurriendo que debería hacer y que me desvían de lo
que he empezado. Por no comentar la dislexia galopante que me
aturde y me hace tener que dar vueltas a un diccionario para
encontrar una palabra de uso común (¡Taca!)
El caso es que es un estado mental horrible, que me pierde, que me
convierte en un ser improductivo, que me aturde hasta niveles
exagerados y que me hace más viejo, porque cada día que pasa sin
haber hecho apenas nada es como un día perdido por completo.
Necesito encontrar la manera de controlar esto, de encaucar ese
torrente de ideas y de pensamientos, de sacar algo de provecho a la
deriva constante de ideas y llegar a algo con esto. Por lo menos, a
algo que me permita dormir.
Hoy he visto una foto de alguien a quien hace mucho que no veía.
Alguien que un día fue el mundo entero para mí. Alguien por quien
me habría enfrentado contra el mismo diablo...
En la foto sonreía. De esa forma que me volvía loco.
Mi cabeza empezó a darle vueltas a esa sonrisa, a esos ojos
brillando y esos labios que un día fueron míos.
En la foto parecía una modelo.
Mi memoria trajo recuerdos, fotos, vídeos -la mayoria borrosos- de
tiempos pasados, de esos que dicen que siempre son mejores.
En la foto parecía una persona totalmente diferente.
Intenté llegar a esos recuerdos. O traerlos a mí. Hacer que mi
memoria se convirtiese en una especie de youtube temporal. Encajar
esa sonrisa en mis recuerdos.
En la foto, otra persona. La misma pero otra.
Tal vez la otra persona sea yo. Tal vez símplemente me esté
haciendo viejo y mi memoria funcione fatal. Tal vez los 7 años que
han pasado son demasiados para recordar con exactitud, o en ese
tiempo la gente cambia mucho . Tal vez el hecho de que sean las 8
de la mañana distorsiona demasiado mi capacidad de pensar.
Siempre he creído que echar de menos es una sensación pasajera,
provocada por una costumbre cuando lo cotidiano desaparece de
repente.
Sin embargo, por mucho que he intentado convencer siempre a la
gente de esa teoría, hay veces en que ese "echar de menos" te
llena, sin hacer daño, sin trastornarte; símplemente haciéndote
saber todo el rato que está ahí, y sacándote una sonrisa antes que
una lágrima.
Ayer se cumplió un año entero desde que llegué a China. Un año de
altibajos, de sinsabores, de alegrías y experiencias, de carencias
y de dudas, un año sabático según algunos, un año de dificultades
según otros...
En cualquier caso, un año más. Y digo uno más porque al final,
echando cuentas, no hay una diferencia monumental con respecto a
otros años. Al final echas la vista atrás y prácticamente todo ha
sido un poco más de lo mismo, sin grandes novedades, una vez
asumido el cambio cultural y el vivir en un lugar donde no te
entienden por la calle, donde no puedes ir a pedir una escuadra en
chaflán de carpintería a ninguna tienda.
Después de todo este tiempo ningún cambio radical ha sucedido en mi
vida. Tengo más experiencia, he visto lugares que mucha gente no
llegará ni a soñar, he afrontado el reto del cambio e incluso he
conseguido sobrebivir aceptablemente a los problemas de pasta. He
aprendido a vivir y a convivir más, a no pretender tanto. A tolerar
y a tener un poco de mano izquierda -aunque más bien poco-.
He dejado sin aprender chino, aún no he viajado a la mitad de los
lugares que me gustaría de este país, apenas conozco sitios
interesantes de esta ciudad ni me he convertido en un erudito de la
cultura china. No he sido capaz de mantener mi casa caliente en
este frío, helado invierno que se nos ha echado encima. Por no
hacer, no he sido ni siquiera capaz de hacer entender a todo el
mundo que no vine a buscar nada aquí, que la búsqueda era el propio
camino.
Como decía, altos y bajos, como siempre. Cosas siempre por hacer y
sorpresas interesantes. Ninguna meta alcanzada porque ninguna meta
había marcada. Amigos y enemigos. Discusiones y alegrías. Tener un
gato por fin, y luego otro, y luego otro más, pero todos se van al
poco tiempo, es la pega de la acogida.
En fin, los años pasan, y el camino sigue siendo más o menos el
mismo, nunca recto, pero sin grandes giros a la izquierda, sin algo
que sea un nuevo principio, un punto de inflexión... más de lo
mismo.
Y en medio de esa continuidad relativa, de repente se solapan 3
fines de año: el natural, el de Kali en China, y el lunar Chino. Y
lo hace en medio de una ola de frío increíble que, mira por donde
hablando de cambios, ha traído las primeras nevadas a Shanghai
desde hace más de 15 años. Después de 4 días nevando, despertar por
la mañana y mirar por la ventana tiene este aspecto:
Así que decides salir a la calle, a dejar tu huella:
Pero la cosa no dura demasiado y la nieve se debate por su vida
entre la contaminación, la lluvia, los coches pasando por encima...
Después de 4 días aún dura, pero se extingue paso a paso:
Llevo tiempo intentando encontrar la mejor manera de expresar esto,
pero nunca encuentro cómo hacerlo, así que me he decidido por
hacerlo sencillo y fácil, como todo lo que rodea esta
historia.
Desde hace tiempo, más del que puedo recordar, hay una persona que
es muy especial en mi vida, por hacerla siempre sencilla y por
hacer que mantenga el "focus" en las cosas que importan. Siempre ha
estado allí cuando la he necesitado y siempre ha dicho todo cuando
y como tenía que decirlo.
Es una persona especial porque es de esas personas que hacen que la
vida sea, sencillamente, más agradable. Desde hace tiempo se ha
convertido en la única persona con la que siempre, absolutamente
siempre, me siento agusto.
Una vez más he vuelto a Madrid. Una vez más fugaz, y una vez más
sin avisar a la gente. Esta vez el factor "sin avisar" tenía más de
ganas de sorprender que de ganas de evitar.
Y una vez más he vuelto a Shanghai con esta sensación agridulce en
los labios.
Por alguna razón el recuento final viene a ser que la gran mayoría
de la gente espera de mí que tenga tiempo para ellos, sin darse
cuenta de que "ellos" pueden ser un gran número de "ellos", y
cuando solapar a todos esos "ellos" en sesiones individuales de
"nos vemos un rato" que por lo general incluyen la cláusula del
"vente por donde a mí me viene bien" se convierte en un puzzle
difícil de encajar, es inevitable que los imprevistos, las
desorganizaciones y los retrasos en los planes se amontonen.
Tengo una bien cosechada fama de tardón, de llegar tarde a todos
lados. Siempre he sido así y encuentro francamente difícil un
cambio radical en ese aspecto de mi vida. Pero de un tiempo a esta
parte ese hecho conocido por todos mis colegas se ha empezado a
convertir en un factor de riesgo cuando no de confrontación
sistemática. Y eso es un handicap horrible a la hora de conciliar
los puzzles "nosvemosunrato" antes mencionados.
El efecto final de todo esto, invisible para la mayoría de los
"ellos", es que raramente consigo tiempo para verlos a todos en las
condiciones que necesitan. Gente que se siente insociable, gente
que opina que una hora de metro es demasiado esfuerzo... el cóctel
se va mezclando y cogiendo su color.
Añadamos a nuestro combinado ese regusto amargo rencoroso de la
gente que se siente dolida por mi costumbre de llegar tarde a todos
lados. El sabor de esta copa será al final muy diferente
dependiendo de quién la pruebe.
Para la mayoría de los "ellos", se afianza ese sabor ponzoñoso de
que me importa un carajo lo que los demás tengan que hacer, y de
que me tomo su tiempo a la torera, o incluso que dispongo de él a
mi antojo y real voluntad.
Para mí, en cambio, el sabor de fondo de mi vaso, el último en
servir como mandan los cánones de hospitalidad, lleva consigo la
sensación de andar siempre a caballo de la gente, siempre
persiguiéndolos, pretendiendo quedar lo mejor posible con todos y
darme al máximo para cumplir con sus espectativas, y un cierto
regusto a egoísmo inconsciente de aquellos que no se han parado a
ponerse en mi situación, tal vez por que sea muy complicado, o
quizás porque años de esperarme han minado su paciencia hasta
límites insospechados.
Por una razón o por otra, vuelvo a Shanghai con esta pena en el
corazón, con el daño de sentirme incomprendido, con la amargura de
no saber si la próxima vez tendré ganas de ir de vuelta, porque
aquellos "ellos" que eran el mayor aliciente para volver a España,
se han llegado a convertir en curiosos desconocidos.
Como todos los años, la navidad se me echa encima a velocidad de
vértigo y cuando me quiero dar cuenta ando mirando atrás
-literalmente- tratando de encontrar dónde coño se ha ido
Diciembre.
La ventaja de vivir en un país donde ni las navidades son fiestas
tradicionales, ni el año se acaba a la misma vez que en el resto
del mundo -y tampoco la gente tiene vacaciones- es que no te
empiezan a bombardear desde el día 3 de Noviembre con el "jou, jou,
jou"
Sin embargo, curiosamente -o no tanto- el "comunismo" chino que
cada día más cambia sus letras por "consumismo", permite que una
avalancha de publicidad "a la china" -es decir, cuanto más grande
todo y con más luces horteras, mejor- se introduzca en la ciudad
para regocijo de vendedores y laowais -extranjeros-. El colmo de
los colmos de esa invasión, es entrar en una tienda japonesa y
escuchar la megafonía con el "Campana sobre campana" en español, y
para más inri, vesrión calorra.
Aquí las navidades no son rojas, son de todos los colores -aunque
predomina el verde- y la casualidad me ha llevado a compartirla con
gente que la desconocía por completo, como algunos chinos que aún
no se enteran muy bien de qué va la película, o como Elinor, una
amiga Israelí para la que éstas han sido sus primeras
navidades.
Resulta de lo más curioso hablar con ella y contarle cosas que -una
vez más, en teoría- se celebran en estas fechas, todas ellas
supuestamente ocurridas en su tierra, y de las que ella no tiene ni
pajolera idea. Pero el caso es que está de lo más feliz con las
lucecitas, los villancicos...
Y hablando hablando de todo un poco con Elinor, hoy de repente me
he dado cuenta de qué es lo que me tiene tan apático últimamente.
He encontrado esa palabra para describir el estado de ánimo. Es
ABURRIDO. Estoy aburrido de resultar aburrido. Me aburro. Me aburro
a mí mismo, y eso me hace aburrirme de resultar aburrido.
Y no sé cómo salir de eso.
Por lo menos hoy lo he escrito. Quién sabe si se convertirá en
proposición del nuevo año...
Pues parece que un error de configuración ha mantenido el
guestbook, la gramola y las farlopas deshabilitadas, y nadie se
había dado cuenta o se había molestado en decirmelo -ni yo en
probarlo-, pero por fin está arreglado.
A ver si esto vuelve a parecer un enlatado, en algún
momento...
Pues aunque lo parece, no estoy muerto. Muerto estuvo mi servidor
(para quien no lo sabe) y hasta hace bien poco no ha vuelto al
100%.
Por medio muchas, muchas cosas. Muchos parásitos, alguno -como el
actual- express, y también un viaje a Hong-Kong. Un embargo de 900
euros del ayuntamiento y la vista a muy corto plazo de jodiendas de
pasta como hace mucho tiempo que no estaba.
Así que si reuno las ganas y el tiempo necesarios, pondré por aquí
alguna de las cosas pendientes, como fotos de HK o un par de
pensamientos que tengo en papel.