Jueves, 06/04/2006 @ 01:18 AM
Crónica de un domingo negro
Cerré la visera mientras aceleraba en el desvío que salía a la izquierda del Stop. La carretera empezaba curveada
desde bien pronto, y aunque más estrecha, no tenía apenas tráfico.
"Si sigo igual que el resto del día va a ser muy divertido" me decía mientras la gata iba subiendo, despacio en
comparación con los cazas imperiales, de vueltas. "Un poco más de bajada y empezará lo bueno, la subida al puerto de
Mijares. Dicen que allí arriba aún quedan restos de una calzada romana donde hace milenios ya sablaban en los peajes"
Aprovecho una pequeña cuesta abajo para adelantar limpiamente al único coche que veo y sigo flotando entre las curvas,
constantes. Izquierda, derecha, izquierda, derecha... Me llena, todas salen bien y voy probando a descolgar
ligeramente para no forzar tanto al tumbar. Noto si tumbo demasiado que los tacos no son muy buenos para rodar en
carretera, porque a 90 kmh y tumbado al límite el culo de la gata se menea más de la cuenta.
El aire silba a mi alrededor mientras enlazo 3 curvas seguidas, y veo que todas son más o menos iguales. Me cuelo un
pelín en una a izquierdas ciega, aquí tenemos montaña a la derecha y terraplén a la izquierda, pero basta con soltar
el puño y tirar hacia la derecha para conseguir que la gata recupere el rumbo sin más percance. Qué placer.
Miro atrás y veo al compi Trojan siguiéndome cerquita y exagerando un poco más las curvas para tumbar más, debe ser un
gustazo tumbar esa bicha...
Ante mi aparecen tres curvas enlazadas de visibilidad perfecta, derecha-izquierda-derecha, que me aventuro a hacer
recto ya que veo que no viene nadie. "Serás mamonazo, estas cosas no se hacen" me grito a mi mismo mientras me acerco
a la próxima, de derechas, bastante ciega. Reduzco a cuarta, 80, empiezo a tumbar, suelto puño, 70, encaro el
vértice...
PERO QUÉ COÑ... ME CAGO EN LA PUTA
El vértice de la curva da paso al salir de la ceguera a una visión horrible. Ahí delante la curva se retuerce sobre sí
misma haciendo una esquina de 90º a la derecha, una curva de 40 y gracias, más ciega que la anterior. Delante un
murete, tal vez mojones, de piedra y hormigón.
Estoy vendido, ya puedo yo tirar y tumbar todo lo que quiera, por ahí no entro ni jarto de vino. No hay tiempo de
pensar. En mi mente está terminando la palabra "COÑO" cuando intento frenar sin hacer el trompo del siglo. Enderezo un
poco para no cruzarme y freno con decisión pero con tacto... ojalá fuera una BMW K1000 con ABS...
La rueda de atrás empieza a patinar y tengo que contravolantear para no dar un latigazo. Frenate ya, por Dios,
¡¡PARA!! Estoy en mitad del carril contrario, menos mal que no viene nadie de frente... Maldita curva, me he colado
del todo... se me acaba la calzada, mierda, corazón hijoputa no te salgas ahora por la boca...
Intento desesperado dar un poco más de freno pero es tarde, está todo el pescao vendido y sólo empeoro las cosas
cruzando un poco más la rueda trasera. No voy a poder controlarlo y todavía no ha terminado la palabra "COÑO" de
formarse en mi cabeza.
¿Cuánto hace que ví salir de la ceguera esa curva asesina? No sé, quizá media centésima. Parece mentira lo rápido que
se puede llegar a pensar con un buen bombazo de adrenalina...
¡PUM!
...
Silencio.
...
La delantera. ¿Ha sido la rueda delantera? Sí, creo que sí. Me parece que en guardarraíl. Pues ha sonado como una
explosión. Qué curioso, nunca creí que de cerca sonara así. Uno espera un ruido metálico...
Estoy volando. Aún guardo -más o menos- la postura de la moto, pero la moto ya no está debajo de mí.
Estoy volando. Silencio. Mi cuerpo se ha alineado con el ras de suelo en el aire, pero sin perder la forma de la
montura. ¿Puede desaparecer una moto de debajo tuyo como por arte de magia?
Estoy volando, sí. ¿Dónde está el suelo? Ladeo la cabeza y lo veo abajo, lejos, muy lejos... un terraplén, cada metro
que avanzo el suelo está más lejos.
Ya está. Así se termina. Siempre te preguntas ¿cómo será mi muerte? pero nunca crees que llegará. Pero no cuela, esta
vez la tengo ahí abajo. La gravedad es irrefutable, al menos sin motor ni paracaídas, cosas ambas de las que carezco.
Se acabó. Esta no la cuento. Sigo pensando pero mi cuerpo aún está en el mismo sitio donde miré al suelo y las rocas
lejanas se me antojaron dientes dispuestos para el mordisco fatal.
Cómo quisiera ver a Mamen. Qué pena me dá que la última vez que hablamos fue en el plan que fué. ¿Podré verla después?
Joder, cómo la quiero, después de todo. Adiós, alma gemela. Ojalá hubieras aceptado venirte a comer conmigo a Ávila
hoy, habríamos venido en coche...
Pero me he venido en moto. Tanto me han gustado y tan poco tiempo la he disfrutado. Al menos he conocido gente
estupenda. El pobre Trojan tiene que estar viéndome ahora, gritando impotente... el resto del foro lanzará V'sss al
cielo y al foro en mi memoria...
Y toda la peña del curso de Monitor de Tiempo Libre... al final no hice las prácticas...
Todo, toda mi vida en absoluto, pasa por mis ojos, o mejor dicho, por mi cabeza. Tenían razón los que decían eso
acerca de la muerte...
...
Abro un ojo. Veo el cielo entre las ramas de un árbol. Es un pino. Creo. Qué mareo. Nos hemos debido de quedar
dormidos el Trojan y yo, a este paso llegaremos de noche a Madrid.
Estoy cuesta abajo con la cabeza por debajo de los pies, a quién se le ocurre tumbarse así. Sin duda por eso tengo
este mareo. Me levanto y veo el casco cayendo al suelo. Tal vez estaba ahí ya. ¿Y la visera? ¿Dónde se me habrá caído?
Subo apenas 3 o 4 metros y me recuesto esta vez con la cabeza por encima y dejando que el sol de la tarde me de en la
cara. Oigo un ruido contínuo, como un claxon. Mi moto, debe ser mi moto. Joder, ¿qué ha pasado aquí? Cómo me duele la
mano izquierda...
De repente está Trojan hablándome al lado, está muy preocupado. También hay más gente, a la que no conozco. Ese tiene
pinta de motero. Y ese de picoleto. Creo que no nos habíamos dormido... me parece que ya sé lo que ha pasado...
Todos me miran preocupados. "Tranquilo chaval, ya vienen a por tí" A lo lejos oigo una sirena de ambulancia.
¿Tranquilo? Estoy genial, señor agente. Empiezo a sonreir...
Aparecen dos chicas que no estaban antes, con pinta de médicos... Me tocan por todos lados y una con acento balear me
quiere cortar la chupa de cuero. -"Por favor, la chupa no, que es un regalo" - "¡Joder con los putos moteros siempre
igual, sólo les preocupa su chupa y su moto!" - "A ver, es que para precuparse por mí ya habéis venido vosotros,
¿no?". El picoleto me rie la gracia y dice que si tengo buen humor es buena señal. ¿Buen humor? Tronco... ¡¡¡ESTOY
VIVO!!! ¿Aún no lo comprendes? Vivo, y además he andado yo sólo... estaba muerto hace un ratito y resulta que sólo me
duele la mano... ¿Qué humor quieres que tenga?
Me sacan la chupa sin cortarla. Voy gritando a Trojan dónde están mis papeles de la moto. Voy respondiendo a todo lo
que me dicen los médicos mientras me van quitando ropa y poniendo cosas. Me suben a una camilla, a una ambulancia, con
un collarín horrible.
Llego al hospital. No se me cae la sonrisa de la boca. Me empiezan a hacer placas y pruebas. Pido a una enfermera que
me coloque el móvil en el oído y marque para avisar a familiares... gracias Trojan por meterme el móvil en el bolsillo
cuando me subían a la ambulancia. Gracias por demasiadas cosas tronco.
Pido que marquen. Mamen. Hola niña... ¿sabes qué?
Empiezo a llorar. Estoy vivo...
-kali dixit, kali drinkit-
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