A la Magia
¿Dónde estás? ¿Dónde te escondes?
No sé por qué cuando más fuerte te siento, cuanto más me llenas, de
repente empiezas a fallarme, a desaparecer, a esconderte entre los
pliegues de mi alma.
Tal vez sólo quieras que te busque y te persiga hasta encontrarte de
nuevo, tal vez intentas demostrarme que no viene de fuera sino de
dentro,tal vez quieras que te olvide o tal vez necesites olvidarte de mí,
tal vez te cansaste de mi fe o me consideraste indigno de ella. Tal vez
sólo estés jugando a pasar un rato divertido... Tal vez.
A ratos me siento el rey del mambo y no dudo que te encontraré, y que
esa búsqueda será lo más divertido. Pero a otros ratos me siento tan
vacío de tí, tan vacío de mí, que cualquier pequeño grano de arena crece
hasta competir en altura con el mismo Himalaya.
Y yo voy pasando de un estado a otro, sumido en una interminable
marejada, ola arriba, ola abajo, tratando de mantenerte a la vista, de
que la cresta de la ola que nos separe a continuación, me transporte
mecido a tu lado, para no volver a perderte en medio de esta marea.
Me repito una y otra vez que soy fuerte, que seguiré nadando hasta
encontrar la calma en mi mar, o hasta que mis brazos estén tan hechos a
nadar contra la furia de Neptuno, que mi estado natural sea,
precisamente, el de nadar.
Cuánto te echo de menos. Cuánto me echo de menos.
Espero que nadie confunda ésto y crea que
va dedicado a una persona. Especialmente esa persona.