Lunes, 12/06/2006 @ 11:27 AM
De tesoros, lunas, y magia
Anoche la Luna se alzaba perezosa desde el horizonte, mostrando en tono
rojizo todo su esplendor y poder. Poco a poco fue remontando el vuelo
hacia su cénit, sin dejar de observar con sorprendida expresión todo
aquello que a sus pies se removía, como sumida en una desesperación por
ver todo lo que, bajo su influjo, se mueve y se remueve.
Anoche esa Luna hablaba. Hablaba de Magia, hablaba de tesoros. Hablaba
de un tiempo perdido o tal vez de leyendas. Hablaba en un tono tan bajo,
casi un susurro perceptible por apenas unos cuantos acostumbrados a oir
su canto. Pero su voz, anoche, iba cargada de llanto, de nostalgia y de
sueños rotos.
Anoche no pude sostenerle la mirada a ese farol de tantas y tantas
nieblas. Su mirada tal vez insinuante, tal vez acusadora, su expresión
de incredulidad compitiendo con la mía, hacían que cada vez que alzaba
la vista al cielo atraída por su resplandor, un nudo me atase fuerte
desde la boca del estómago hasta las cuerdas vocales, dejándome sin
habla, sin voz, y tan sólo una profunda tristeza que pugnaba por llover
desde mis ojos, una vez más -otra de tantas-, sin éxito.
Anoche, sencillamente, no pude mirar esa preciosidad de Luna, porque me
dolía demasiado.
-kali dixit, kali drinkit-
|
[enlace permanente]
| Categoria:
general