Lunes, 30/07/2007 @ 05:58 AM
En avión
Vuelo sobre Siberia, todos duermen nmenos yo. Mis ojos llevan ya mucho
tiempo acostumbrados a la falta de luz, y por eso un leve destello en
una ventanilla llama mi atención.
Busco un sitio donde poder asomarme, navegando sobre un mar de cabezas
inclinadas y roncantes, hasta que por fin logro encontrar por donde
mirar afuera.
A lo lejos se distinguen las primeras cumbres del Himalaya. Estamos
volando por una ruta poco común para evitar una zona de tormentas, pero
el caso es que bajo nuestro avión todo parece sumido en una preciosa
calma. Algunos puntitos muy dispersos de luz sugieren pueblos que se me
antojan desesperadamente lejanos del resto de la civilización. Tal vez
un buen lugar para perderse.
La noche es clara y apenas se ven unas pocas nubes agrupadas en pequeños
montoncitos parecidos a las manchas de harina que inundan la cocina de
un panadero.
Y todo allí abajo se ve tan fácil porque una luna llena enorme corona
toda la escena, con su cara tumbada de irse a dormir, mirándome
directamente a los ojos, saludándome en silencio, guiñándome un ojo y
mandándome besos de encargo.
Me quedo mirándola y me lleva a lugares lejanos, a los millones de ojos
que la han mirado esta noche pidiéndole que envíe sus mensajes. Hasta
que encuentro el mío, hasta que encuentro esos ojos.
Y por fin, consigo sonreír.
-kali dixit, kali drinkit-
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