Jueves, 31/01/2008 @ 07:21 PM

Y pasan los años...

Ayer se cumplió un año entero desde que llegué a China. Un año de altibajos, de sinsabores, de alegrías y experiencias, de carencias y de dudas, un año sabático según algunos, un año de dificultades según otros...

En cualquier caso, un año más. Y digo uno más porque al final, echando cuentas, no hay una diferencia monumental con respecto a otros años. Al final echas la vista atrás y prácticamente todo ha sido un poco más de lo mismo, sin grandes novedades, una vez asumido el cambio cultural y el vivir en un lugar donde no te entienden por la calle, donde no puedes ir a pedir una escuadra en chaflán de carpintería a ninguna tienda.

Después de todo este tiempo ningún cambio radical ha sucedido en mi vida. Tengo más experiencia, he visto lugares que mucha gente no llegará ni a soñar, he afrontado el reto del cambio e incluso he conseguido sobrebivir aceptablemente a los problemas de pasta. He aprendido a vivir y a convivir más, a no pretender tanto. A tolerar y a tener un poco de mano izquierda -aunque más bien poco-.

He dejado sin aprender chino, aún no he viajado a la mitad de los lugares que me gustaría de este país, apenas conozco sitios interesantes de esta ciudad ni me he convertido en un erudito de la cultura china. No he sido capaz de mantener mi casa caliente en este frío, helado invierno que se nos ha echado encima. Por no hacer, no he sido ni siquiera capaz de hacer entender a todo el mundo que no vine a buscar nada aquí, que la búsqueda era el propio camino.

Como decía, altos y bajos, como siempre. Cosas siempre por hacer y sorpresas interesantes. Ninguna meta alcanzada porque ninguna meta había marcada. Amigos y enemigos. Discusiones y alegrías. Tener un gato por fin, y luego otro, y luego otro más, pero todos se van al poco tiempo, es la pega de la acogida.

En fin, los años pasan, y el camino sigue siendo más o menos el mismo, nunca recto, pero sin grandes giros a la izquierda, sin algo que sea un nuevo principio, un punto de inflexión... más de lo mismo.

Y en medio de esa continuidad relativa, de repente se solapan 3 fines de año: el natural, el de Kali en China, y el lunar Chino. Y lo hace en medio de una ola de frío increíble que, mira por donde hablando de cambios, ha traído las primeras nevadas a Shanghai desde hace más de 15 años. Después de 4 días nevando, despertar por la mañana y mirar por la ventana tiene este aspecto:



Así que decides salir a la calle, a dejar tu huella:



Pero la cosa no dura demasiado y la nieve se debate por su vida entre la contaminación, la lluvia, los coches pasando por encima... Después de 4 días aún dura, pero se extingue paso a paso:


-kali dixit, kali drinkit- | [enlace permanente] | Categoria: general

Jueves, 17/01/2008 @ 08:04 PM

Especial

Llevo tiempo intentando encontrar la mejor manera de expresar esto, pero nunca encuentro cómo hacerlo, así que me he decidido por hacerlo sencillo y fácil, como todo lo que rodea esta historia.

Desde hace tiempo, más del que puedo recordar, hay una persona que es muy especial en mi vida, por hacerla siempre sencilla y por hacer que mantenga el "focus" en las cosas que importan. Siempre ha estado allí cuando la he necesitado y siempre ha dicho todo cuando y como tenía que decirlo.

Es una persona especial porque es de esas personas que hacen que la vida sea, sencillamente, más agradable. Desde hace tiempo se ha convertido en la única persona con la que siempre, absolutamente siempre, me siento agusto.

Por eso sólo puedo ser sencillo, como ella:



Gracias, ita.

-kali dixit, kali drinkit- | [enlace permanente] | Categoria: fotos/dibujos, general

Jueves, 17/01/2008 @ 06:45 PM

Detrás de todos

Una vez más he vuelto a Madrid. Una vez más fugaz, y una vez más sin avisar a la gente. Esta vez el factor "sin avisar" tenía más de ganas de sorprender que de ganas de evitar.

Y una vez más he vuelto a Shanghai con esta sensación agridulce en los labios.

Por alguna razón el recuento final viene a ser que la gran mayoría de la gente espera de mí que tenga tiempo para ellos, sin darse cuenta de que "ellos" pueden ser un gran número de "ellos", y cuando solapar a todos esos "ellos" en sesiones individuales de "nos vemos un rato" que por lo general incluyen la cláusula del "vente por donde a mí me viene bien" se convierte en un puzzle difícil de encajar, es inevitable que los imprevistos, las desorganizaciones y los retrasos en los planes se amontonen.

Tengo una bien cosechada fama de tardón, de llegar tarde a todos lados. Siempre he sido así y encuentro francamente difícil un cambio radical en ese aspecto de mi vida. Pero de un tiempo a esta parte ese hecho conocido por todos mis colegas se ha empezado a convertir en un factor de riesgo cuando no de confrontación sistemática. Y eso es un handicap horrible a la hora de conciliar los puzzles "nosvemosunrato" antes mencionados.

El efecto final de todo esto, invisible para la mayoría de los "ellos", es que raramente consigo tiempo para verlos a todos en las condiciones que necesitan. Gente que se siente insociable, gente que opina que una hora de metro es demasiado esfuerzo... el cóctel se va mezclando y cogiendo su color.

Añadamos a nuestro combinado ese regusto amargo rencoroso de la gente que se siente dolida por mi costumbre de llegar tarde a todos lados. El sabor de esta copa será al final muy diferente dependiendo de quién la pruebe.

Para la mayoría de los "ellos", se afianza ese sabor ponzoñoso de que me importa un carajo lo que los demás tengan que hacer, y de que me tomo su tiempo a la torera, o incluso que dispongo de él a mi antojo y real voluntad.

Para mí, en cambio, el sabor de fondo de mi vaso, el último en servir como mandan los cánones de hospitalidad, lleva consigo la sensación de andar siempre a caballo de la gente, siempre persiguiéndolos, pretendiendo quedar lo mejor posible con todos y darme al máximo para cumplir con sus espectativas, y un cierto regusto a egoísmo inconsciente de aquellos que no se han parado a ponerse en mi situación, tal vez por que sea muy complicado, o quizás porque años de esperarme han minado su paciencia hasta límites insospechados.

Por una razón o por otra, vuelvo a Shanghai con esta pena en el corazón, con el daño de sentirme incomprendido, con la amargura de no saber si la próxima vez tendré ganas de ir de vuelta, porque aquellos "ellos" que eran el mayor aliciente para volver a España, se han llegado a convertir en curiosos desconocidos.

¿Dónde están mis amigos?

-kali dixit, kali drinkit- | [enlace permanente] | Categoria: general
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